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Los tripulantes de una Ford Expedition van tras un grupo de agentes de la Policía de Investigación que acaba de detener a cinco personas en un cateo. Los agentes son alcanzados en una avenida transitada. La Ford Expedition les cierra el paso. Comienzan a sonar los disparos. Decenas de disparos.
Es el viernes 6 de enero de 2017. La balacera ocurre en una calle de la delegación Tláhuac. Un agente recibe una herida en la cara. Tres integrantes del grupo agresor caen heridos. Las alarmas de la policía se activan, un centenar de agentes se desplaza hacia la zona y de pronto aquella zona de la Ciudad de México se encuentra inmersa en la locura.
En esa locura se halla la delegación al menos desde 2013. No paran los secuestros, los robos, los asaltos, las extorsiones y las ejecuciones.
Hace dos semanas aparecieron en un camino de terracería, uno envuelto en una cobija y otro en una sábana, los cadáveres de dos hombres torturados. Bajo una piedra se localizó este mensaje: “Esto les pasa a los traidores”. Estaba firmado por “CT”, las iniciales de un supuesto Cártel de Tláhuac.
Según las autoridades capitalinas, el jefe de ese grupo criminal es un líder de narcomenudistas a quien apodan El Ojos. Su nombre: Felipe de Jesús Pérez Luna.
El líder cuenta con una red de taxistas y mototaxistas que realizan funciones de “halconeo” y de venta de droga.
El 30 de noviembre pasado Reforma informó que El Ojos había amenazado a un mando de la Policía de Investigación: “Voy por ti cabrón y me vale verga que seas la tira”. Era la respuesta a la cadena de cateos y detenciones que la procuraduría capitalina desató en los últimos meses en contra de este grupo criminal (cerca de 30 integrantes del “cártel” fueron detenidos).
Nadie ha podido llegar, sin embargo, a Pérez Luna. Y nada hace cesar el clima de zozobra en que se mueven los habitantes de Tláhuac, donde prácticamente cada negocio se encuentra bajo cuota.
A mediados de abril de 2014 asesinaron a tiros, en una calle de la delegación, al presidente de la Unión de Concesionarios y Comerciantes del Bosque Tláhuac, Jesús Téllez Mendiola. El homicidio era un mensaje dirigido a los comerciantes.
Conductores de camiones y microbuses han reportado que el grupo criminal exige un pago de 300 pesos a la semana “o dejar que asalten la unidad sin tocarlos a ellos por 150 a la semana”.
Un grupo de encapuchados ingresó, en agosto de 2014, al domicilio de Víctor Hugo Pérez, hermano de El Ojos. Hubo una balacera en la que se detonaron 50 casquillos. El hermano de El Ojos logró llegar a la puerta con una .9 mm. en la mano, pero no sobrevivió.
Desde ese día arreciaron en Tláhuac las ejecuciones y los cobros de cuentas.
El 24 de febrero del año pasado, un ex comandante que había estado preso por extorsión, Felipe Carmona Dávila, se levantó temprano para ir al gimnasio. Tres sicarios lo esperaban a las puertas de su domicilio y lo ejecutaron en la misma Hummer en la que años antes fue sorprendido realizando una extorsión.
Los sicarios eran enviados de El Ojos.
Según Reforma, un sicario de Pérez Luna al que apodan El Cholo se comunicó con un mando de la Policía de la Investigación para negociar una reunión. “Ya sabe usted quién habla, soy El Cholo, y usted no entiende, si mañana no se presenta con el patrón aquí en Tláhuac y deja de estar chingando la madre con sus tiras lo voy a ir a levantar yo mismo”, le dijo.
El comandante denunció los hechos. Un grupo de sicarios comenzó a seguirlo e intentó asesinarlo. Vinieron más cateos y nuevas detenciones.
Esto no impidió que el viernes pasado sicarios de la organización hayan intentado arrebatarle a tiros a la policía a algunos de sus cómplices. Fuentes de la procuraduría informan que esta vez no lo consiguieron, pero en otras ocasiones sí lo han hecho: “Nos han quitado a los detenidos de las manos”.
Para autoridades federales, el grupo criminal que tiene su base en Tláhuac, pero también opera en Xochimilco y Milpa Alta, es una franquicia del Cártel de los Beltrán Leyva.
Así que ya están aquí. En Tláhuac.
@hdemauleon
demauleon@hotmail.com