La última vez que me asomé al presupuesto de la Cámara de Diputados fue en 2009. Ese año, financiar diputados le costó al pueblo unido 5 mil 320 millones 750 mil 596 pesos. Cada uno de los 500 cerebros (y órganos aledaños) andaba costando 10 millones y medio.

A raíz de la noticia en el sentido de que los cerebros de 2016 se autoconcedieron un “bono navideño” de 300 mil pesos per cápita, que luego al parecer bajaron a 150 mil, volví a buscar la información sobre el “presupuesto asignado” a la LXIII Legislatura (diputados.gob.mx).

El que se encuentra allí es el de 2015, quizás porque el de 2016 no estuvo listo, o está siendo revisado, o anda remiso, o se les olvidó subirlo, o no se les pegó la gana enseñarlo o por la inefablemente mexicana equis causa. En todo caso, el presupuesto de 2015 fue de 7 mil 339 millones, 2 mil millones más que hace seis años, por lo que ahora cada cerebro anduvo (o andó) costando 14 millones.

En medio de rubros que a veces llevan como título (es en serio) “Resumen de motocicletas”, y la siempre gustada sección dedicada a los diputados viajeros internacionales —que en vez de usar videoconferencias gratuitas optan por llevar sus cerebros a París, con sus respectivas petacas—, aparece el dedicado a “Remuneraciones”.

Es el rubro más voluminoso, el que se dedica a los “servicios personales”, que es como se llaman las “dietas” de los diputados y sus bonos, y los de sus ayudantes y asesores y amantes y parientes. En 2015 sumó mil 323 millones.

La “dieta neta” (así se llama: no hay que menospreciar la capacidad autoparódica de los legisladores) es de 73 mil 817 pesos mensuales por cabeza. Junto a la dieta neta se anotan dos “apoyos económicos”: uno de 45 mil 786 pesos por “asistencia legislativa” (porque asistir a legislar se paga extra) y otro de 28 mil 772 pesos por “atención ciudadana” (porque atender ciudadanos se cobra aparte). El total es de 148 mil 380 pesos netos mensuales, a los que hay que agregar aguinaldos y bonos y vales y lo que se ofrezca.

En 2009, la página web permitía ver con detalle todos los gastos de la Cámara. Por ejemplo, se podía ver que al “personal al servicio” de los diputados se le habían asignado “productos alimenticios” por 48 millones, 189 mil 128 pesos. Ya no hay acceso a esos detalles. Lo único que queda en un rinconcito diminuto es el acceso a una copia fotostática digitalizada del “Acuerdo que autoriza el programa anual de adquisiciones, arrendamientos, servicios” para 2015 (http://pac.diputados.gob.mx/pac/PAAD2015.pdf).

Es muy raro. Por ejemplo el “capítulo 1000” (“Prestaciones” y “Asignaciones adicionales al sueldo”) señala que “En esta partida sólo se incluye lo programado para la adquisición de vales”. Bueno, pues esa legislatura presupuestó 192 millones en “vales”. Más abajito se anotan los “Vales para grupos parlamentarios y CC Diputadas(dos)”. Bueno, pues otros 31 millones en vales. Y luego “Vales para órganos y unidades vinculadas al quehacer legislativo”: 15 millones más en vales.

La partida 22100400 se llama “Agua embotellada, café, azúcar, galletas, refrescos y otros alimentos” y recibió 7 millones 222 mil pesos en 2015. Es escueto, pero felizmente conservo los detalles de mi visita de 2009 cuando sí había detalles. Ese año, la H. Cámara, no sin explorar republicanamente las necesidades de los cerebros que la constituyen, pidió mil 500 cajas de “Té de sabor manzanilla, limón, hierbabuena en caja c/96 sobres”. Es decir, 144 mil bolsitas de té: 244 tazas de té por cerebro. ¿Lo quiere con azuquítar? La Cámara pidió mil 700 kilos de “azúcar morena” (sic). ¿Una galletita, diputado? La Cámara encargó 6 mil 500 cajas con 470 gramos de galletas c/u para un total de 3 toneladas y pico de galletas. ¿Con su cremita? Medio millón de sobres de “sustituto de crema”, a mil sobres de falsa crema por auténtico diputado por año.

Hay otras cifras de 2015 que, aunque estrepitosas, podrían entenderse. Por ejemplo, 49 millones 571 mil pesos de luz, 40 millones para telefonía, 42 millones para “renovación de equipo de cómputo” y 15 millones de agua. Y también 65 millones 558 mil pesos por “seguro de gastos médicos” para los diputados y 62 millones por “seguro de separación individualizada”, frase que no se sabe si es oximoron o pleonasmo.

¿Y por qué la partida 22200000 asigna 105 mil pesos para “Productos alimenticios para animales”?

Misterio.

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