¿Vive usted en el territorio antes llamado Distrito Federal? ¿Se siente usted cada vez más inseguro en las calles, cada vez más temeroso de su entorno? ¿Ha notado que en cada fiesta, ágape o reunión circulan más y más historias de asaltos y secuestros, tanto así que ha sido necesario reestablecer la vieja regla formulada por Héctor Aguilar Camín allá en los noventa: sólo se vale una anécdota de delito por comensal?

Si ese es su caso, no se preocupe: no está solo. Si habita en el oriente de la gran urbe, 94% de sus vecinos se sienten inseguros. Si en el norte, 88% de sus compañeros de cuadra, manzana, colonia y delegación están en el mismo trance. En el poniente, la cosa es algo más leve: 82% de los habitantes vive con miedo. Y en el sur, bendito sur, sólo 8 de cada 10 personas considera que vivir en su Ciudad es inseguro.

Todos estos datos provienen de la más reciente Encuesta Nacional de Seguridad Urbana (ENSU), producida por el Inegi. Y muestran que el miedo anda en Metro (o en micro o en Metrobus). Entre las principales 47 zonas urbanas del país, no hay ninguna, con la sola excepción de Ecatepec, donde la gente se sienta más insegura que en el oriente de la Ciudad de México (Iztapalapa, Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco). En el sur (Benito Juárez, Coyoacán, Magdalena Contreras y Tlalpan), la zona con menor percepción de inseguridad en la capital, los ciudadanos viven con más temor que en Tampico o en Morelia.

Además, la situación va de mal en peor. De marzo a la fecha, la percepción de inseguridad creció en cada una de las cuatro zonas en las que el Inegi divide a la Ciudad para propósitos de esta encuesta. En el oriente, el ascenso del miedo fue particularmente marcado: hace seis meses, 86% de los encuestados afirmaron sentirse inseguros. Seis meses después, 94% respondieron en el mismo sentido.

Pero, ¿cómo es posible eso? ¿No acaba de afirmar el procurador capitalino, Rodolfo Ríos, que la Ciudad está de pocas tuercas y que la incidencia de delitos de alto impacto ha disminuido 16% en 2016? Pues sí lo afirmó. Pero olvidó mencionar que el delito de más alto impacto, el homicidio doloso, va decididamente al alza. En los primeros ocho meses de 2016, 642 personas fueron asesinadas en la Ciudad de México. En el mismo periodo de 2015, el total fue 602. Y un año atrás, 496. En dos años, el incremento es de 29%.

También olvidó señalar que una cosa son las denuncias y otra los delitos. La más reciente encuesta nacional de victimización (Envipe 2016) muestra que la Ciudad de México es la tercera entidad con mayor incidencia delictiva en el país, sólo superada por el Estado de México y Guerrero. Y si bien, según la Envipe 2016, disminuyeron moderadamente los delitos en la Ciudad en 2015, el número de víctimas creció: en 2015, 2.62 millones de personas fueron víctimas de un delito en la Ciudad de México. ¿En 2014? 2.48 millones. Y en 2012, último año de gobierno de Marcelo Ebrard, 2.1 millones.

Los asaltos en el Periférico, los robos en restaurantes de la Condesa, el secuestro y homicidio de una española en Santa Fe, o la violación de una mujer en el Ajusco no son incidentes aislados. Son parte de un patrón sostenido y generalizado de deterioro de las condiciones de seguridad en la capital del país.

Entonces no, estimado coterráneo chilango, usted no sufre de paranoia si se siente más inseguro que hace algunos años. No es que vea más tele o que los medios anden en plan de nota roja. La probabilidad de que usted se vuelva la siguiente víctima del delito es mayor que al inicio de la administración Mancera. Tan fácil y tan horrible como eso.

alejandrohope@outlook.com.

@ahope71

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