En días pasados, tanto la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) como la Agencia Nacional de Seguridad (ANS), hicieron del conocimiento público la creación de la Gendarmería Ambiental, la cual entrará en funciones a más tardar en diciembre de este año, con el objetivo de contribuir desde la Policía Federal en el cuidado, conservación y protección efectiva de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) de nuestro país. Lo anterior es en extremo relevante, ya que si no cuidamos nuestro capital natural, del cual todos dependemos, lo demás no tiene sentido.

Tomando en cuenta que en México contamos con 177 Áreas Naturales Protegidas de competencia federal, muchas, por cierto, sin su plan de manejo respectivo, la Semarnat y la ANS deberán de ser estratégicas y escoger aquellas áreas que se consideren las principales a atender y en función de ello establecer en estos sitios la presencia de los elementos de esta nueva corporación.

¿Con base en qué diagnóstico, criterios o principios se van a escoger las ANP a ser vigiladas inicialmente por la Gendarmería Ambiental? Estas prioridades deben de establecerse en función de los riesgos y amenazas que hay sobre estas ANP, así como sobre su flora y su fauna y el estatus en el que se encuentran, en algunos casos amenazadas o en peligro de extinción. ¿Qué atención se le dará en esta estrategia a la brutal pérdida de bosques y selvas, tan relevantes por los servicios ambientales que nos prestan?

Para que una estrategia de esta naturaleza tenga éxito, será una condición sine qua non el que exista una buena comunicación y coordinación de la Policía Federal con las agencias del sector ambiental, y otras que serán parte de estos trabajos, como la Comisión Nacional Forestal (Conafor), la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y, por supuesto, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). Importante también será la coordinación de esfuerzos con la población y las autoridades estatal y municipal, para detener a los delincuentes ambientales, incluso para evitar que estos delitos se cometan.

El anuncio es muy positivo, siempre y cuando vaya acompañado de una verdadera voluntad política para combatir, a fondo, en serio y a largo plazo, la comisión de faltas administrativas y los delitos ambientales. La Gendarmería Ambiental debe perdurar en el tiempo, ir creciendo y fortalecerse en función de las necesidades que se vayan presentando. Para poder prestar un servicio adecuado, quienes formen parte de esta corporación deberán ser entrenados y preparados en materia ambiental, en aspectos legales ambientales y en la normatividad afín. También sobre la importancia de la naturaleza y los acuerdos ambientales internacionales aplicables a sus atribuciones. Debe de ser una institución que cuente con presupuesto suficiente, el personal necesario y la infraestructura (equipo de inteligencia) más moderna, que les permita ir delante de los que transgreden la legislación ambiental.

Una vez consolidada la labor de la Gendarmería Ambiental en cuanto a ANP se refiere, debería de atender igualmente otros temas relevantes en el país en la materia, que tienen que ver, entre otros, con el mal manejo y disposición de residuos peligrosos, el tráfico ilegal de flora y fauna, el turismo que no siempre se da acorde a la normatividad ambiental que le es aplicable, afectando humedales y manglares, así como asegurar que las actividades mineras se conduzcan de manera ambientalmente apropiada.

Igualmente, sería relevante que la Policía Federal esté muy cerca de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y de Petróleos Mexicanos (Pemex) para corroborar que hacen sus actividades en el marco de la legislación ambiental que les es aplicable. En este mismo sentido, habrá que ver si la Gendarmería Ambiental podrá tener un rol dentro del sector de los hidrocarburos, particularmente ahora que tenemos una Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección al Medio Ambiente muy debilitada y sin presupuesto, lo que no le permitirá de manera alguna llevar apropiadamente sus funciones de fiscalización.

En este tiempo, más que ir tras los trasgresores de la legislación ambiental y que en muchas ocasiones se traduce en un daño al medio ambiente, a los recursos naturales y a la salud de las personas, se sugiere que esta Gendarmería Ambiental se enfoque en la parte preventiva, evite violaciones a la legislación ambiental así como los daños referidos, siendo éste un esquema en el que todos ganan. ¿Podría alguien estar en contra de esto?

Director general del Centro Mexicano de Derecho Ambiental, AC (Cemda)

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