No cabe duda, de las 12 gubernaturas que se disputan este próximo 5 de junio, las que más interesan a las dirigencias nacionales del PRI y el PAN son Oaxaca, Puebla y Veracruz. De estas tres, la "joya de la corona" es la tierra donde gobierna Javier Duarte, la que cuenta con el tercer padrón más grande de la República Mexicana, la que nunca ha vivido la alternancia, la que obsesiona al blanquiazul, la que pone en juego los orgullos de Manlio Fabio Beltrones, Ricardo Anaya y Agustín Basave. 
Veracruz "pintaba" para ser la "madre de todas las batallas" de los próximos comicios, prometía ofrecer por ello, los mayores escándalos de corte nacional, e incluso, internacional. Sin exagerar, en Veracruz siempre parece que se elige a un Presidente más que a un Gobernador. Veracruz cumplió la expectativa y es la tierra más caliente de esta elección.
Y cómo no sería Veracruz "terreno comanche" si dos primos hermanos se disputan la gubernatura; si uno de ellos tiene su mayor adversario en la imagen del Gobernador actual de su partido; si al otro le aparecen propiedades multimillonarias en diversas partes del mundo, y si para colmo, cada semana brota un nuevo desaparecido, amenazado, atemorizado, o bien, caso de impunidad. 
Héctor Yunes Landa, candidato de la alianza que encabeza el PRI, siempre quiso la oportunidad de ser Gobernador, le tocó la peor época, la de más  descrédito de su partido en el estado, la de mayor cuesta arriba, y aún así, ha logrado prácticamente el empate técnico con el bloque opositor del PAN-PRD. 
Miguel Yunes Linares, ex Secretario de Gobierno priísta, abanderado de Anaya y Basave para lograr la anhelada alternancia en Veracruz, siempre ha querido también gobernar el estado, tiene quizá su mejor oportunidad de lograrlo, pero la peor época para esconder su presunta gran fortuna y negocios dudosos, cuando entre medios de comunicación y redes sociales, todo se conoce en un "tris".
Al respecto, puedo asegurarle, con estadística en mano y ejemplos que se repiten en todos los procesos electorales: invariablemente, en cada elección, sobre todo en las de Gobernador y Presidente de la República, se presentan cuando menos 3 fuertes rumores y 2 grandes escándalos que involucran la integridad moral de alguno de los candidatos, (o de personalidades relevantes en la política de la zona). 
Paralelamente, cada fuerte rumor suele restarle, en promedio, de 3 a 4 puntos porcentuales al candidato aludido, y no necesariamente se los traspasa al opositor más cercano, sino que se reparten entre los minoritarios, o bien, se convierten en abstención.
En Veracruz se pronostican, dado su política "violenta", de 8 a 10 rumores repartidos entre los candidatos, ventilándose de inicio a través de las redes sociales, y cuando menos, dos de ellos muy escandalosos, traumáticamente llamativos, influyendo de manera directa en la intención del voto.
Veracruz vive con "singular alegría" esta realidad cuando no se ha llegado ni a la mitad de la campaña. Los Panamá Papers, así como el audio ventilado en Univisión de una presunta negociación para comprar un millonario departamento en Manhattan, han inclinado, para desgracia de Yunes Linares, la balanza de los escándalos hacia su lado. Falta mucho tiempo aún. Vendrán más rumores y escándalos. ¿Será que la balanza se equilibre? Veracruz es terreno fértil para el alboroto, más en tiempo electoral. Esperemos unos días.

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