México necesita nuevo rumbo para hacer frente a la pobreza y la desigualdad. No podemos llegar a 2018 a escuchar promesas vacías y más de lo mismo. El gradualismo de los programas no ha dado resultado. Esperar al crecimiento económico aún menos.

La Acción Ciudadana Frente a la Pobreza propone cohesión social. Una nueva visión muy pertinente para generar objetivos compartidos que den contenido a la unidad que ahora urge. Frente al cinismo y al conformismo de muchos políticos, busca ser un revulsivo en la exigencia a candidatos y gobernantes.

El horizonte de la cohesión social ofrece una nueva mirada para hacer frente a la pobreza y la desigualdad. Traza objetivos más exigentes. Implica cambios institucionales de fondo. Requiere corresponsabilidad ciudadanía-gobierno. De inicio, confronta el paternalismo y la simulación que hoy dominan en la política social del gobierno federal, y sobretodo en los gobiernos estatales.

Cohesión social es un concepto sólido y pertinente. Aunque es poco conocido en nuestro país, ha sido el objetivo orientador de las políticas de equidad en la Unión Europea. Articula enfoque de derechos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para “no dejar a nadie atrás”, como dice el lema de la Agenda 2030 de la ONU, hay que cerrar las brechas de desigualdad, que es el principio guía de la visión de cohesión social.

Para lograr cohesión social se deben generar oportunidades para todas las personas, acabar con los privilegios y contar con medidas específicas de inclusión económica y social de quienes hoy están excluidos: indígenas, zonas rurales, el sur-sureste del país, jóvenes, mujeres y en general, las familias en pobreza.

En México, la visión de cohesión social promueve una reforma de gran calado para hacer realidad el Art. 1º constitucional. En 2011 ahí quedó establecida la vigencia de los derechos sociales, económicos, culturales y ambientales (DESCA) incluidos en los tratados y pactos internacionales ratificados por México. Es decir, el nuevo Art. 1º supera y amplía lo incluido en los Arts. 3º, 4º y 123.

Para lograr cohesión social un gran obstáculo a superar es el divorcio entre política económica y política social. Hasta ahora las estrategias de desarrollo económico no consideran objetivos de reducción de pobreza. Tampoco hay objetivos de desarrollo económico en muchos de los programas sociales. Se prioriza el paternalismo. Así nomás no se puede.

El centro del cambio para lograr cohesión social articulando lo económico y lo social es crear trabajos dignos. Por eso, una de las exigencias urgentes es la recuperación gradual del salario mínimo. Es absurdo y contradice la Constitución que su monto sea menor al costo de la canasta básica usada en la medición de la pobreza.

También por eso Frente a la Pobreza promueve tres prioridades con muy alto valor simbólico. 1) Lograr el desarrollo cerebral durante la primera infancia. 2) Potenciar la inclusión económica de jóvenes, creando una política de “segunda oportunidad” para quienes no concluyeron su educación media superior. 3) Fomentar las cooperativas y demás empresas sociales de las organizaciones indígenas, campesinas y sociales, porque han demostrado ser exitosas para generar riqueza y lograr inclusión económica.

Frente a la pobreza y la desigualdad, hay que enfrentar paternalismo y clientelismo. Pero no basta, exijamos cohesión social desde ya y subamos la vara a todos los que aspiren a un puesto en 2018.

Consultor internacional en programas sociales.

@rghermosillo

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