Es muy interesante lo que acaba de suceder tras la detención del presidente de la Federación de Atletismo, Antonio Lozano. Ahora hay que esperar que se comprueben las acusaciones en su contra y de ser culpable, que sea castigado conforme a derecho. Pero lo más importante no está en este personaje, sino en la mayor parte de los presidentes de federaciones que tienen problemas para mantener su deporte a flote por el poco presupuesto que tienen y que suelen estar sujetos al humor de los dirigentes en turno.

El apoyo para la gente que maneja una federación por lo general recae en el gobierno federal a través de la Conade. Es difícil que subsistan por su cuenta aunque esto no quiere decir que no existan ejemplos con la inversión de la iniciativa privada como la Federación de Futbol. Sin embargo, hay que recordar que algunos de sus equipos juegan en estadios que pertenecen a los gobiernos estatales entre otras ayudas, lo que quiere decir que de alguna manera también reciben recursos del gobierno.

La mayoría de las federaciones deportivas luchan desesperadamente por obtener recursos, pero cuando por fin los tienen, desafortunadamente no los utilizan como debe ser para que no hubiera ninguna duda de su forma de operar. Hay algunas que han hecho de su entorno un emporio cuyos dirigentes no quieren soltar por lo que les representan. Tal es el caso de la Federación de Triatlón, que aún cuando tienen recursos impresionantes por los eventos que han organizado, por patrocinios, la familia que la dirige también le sacan beneficios al gobierno. Ojalá que estos recursos permearan en sus afiliados, a quienes les llegan migajas cuando pudieran estar en mejores condiciones.

Volviendo al caso de Lozano, es importante lo que se ha hecho, pero más importante será saber en dónde han quedado los recursos aportados por el gobierno a partir de la creación de la Conade. Hay que hacer un balance y por supuesto que me incluyo como ex director de este organismo y me parece que todos los que hemos tenido este cargo nos debemos poner a disposición de quien lo requiera.

Hay que recordar que este último sexenio lleva más de 40 mil millones de pesos en apoyos al deporte, que el gobierno de Calderón dio 23 mil millones y el de Fox otorgó 4 mil 500 millones. Sería interesante saber cómo se ha gastado el presupuesto y poner un ojo especial en el gasto de infraestructura a través de la Conade, ya que por lo general hacen obras sin ningún valor técnico, debido a que se las dejan a contratistas a modo. Qué bueno que las autoridades y la gente que debe vigilar los dineros del deporte están metidos, pero falta trabajo por hacer.

Se habla mucho de la corrupción e impunidad que existe en las actividades de la vida nacional, pero qué bueno que a través de la iniciativa de Alfredo Castillo se está investigando lo que nos interesa porque se trata de millones y millones de pesos. Simplemente hay que acordarnos de los Panamericanos de Guadalajara 2011 y los Centroamericanos de Veracruz 2014, para los que se hicieron impresionantes gastos sin comprobación. Ya es hora que el gobierno federal a través de sus órganos de control investiguen estos hoyos tan grandes que existen, que no queden impunes.

Me da gusto que se comience a señalar las atrocidades que han hecho en el deporte porque esto dará certidumbre y la gente del deporte estará más tranquila respecto a cómo y dónde está el dinero que se llega para su desarrollo. Y si caen más personajes metidos en estos malos manejos que así sea. No importa quién, cómo y cuándo, hay que llegar al fondo y no detenerse aunque sabemos que queda poco tiempo en la gestión de Castillo. Aquí no estoy para realizar un juicio a Lozano, ya las autoridades competentes se encargarán de eso, pero no hay que dejar de estar al pendiente de los gastos que hace el gobierno federal en el deporte. Eso sí nos corresponde a quienes somos y fuimos parte de esta organización.

Profesor

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