Al inicio de esta semana, me enteré de una noticia que me llenó de tristeza e indignación. La senadora Ana Gabriela Guevara fue víctima de un terrible acto de violencia como cientos o miles que ocurren en nuestro país día a día, contra las mujeres, sin que las autoridades hagan algo para impedirlos. Afortunadamente este incidente no fue más grave y se recupera satisfactoriamente.

Desde hace años tengo una gran relación con Ana y aunque por cuestiones de su trabajo ya no coincidimos tanto, en cuanto pude me comuniqué con ella para saber cómo se encontraba. Ya había pasado la operación y se recuperaba de las heridas sufridas. Encontré a una mujer físicamente mal y aunque emocionalmente también sufrió mucho, la vi decidida a emprender una nueva lucha.

Ojalá que tenga el apoyo real de quienes salieron a su lado en la conferencia en la que denunció lo ocurrido y que no sus compañeros legisladores no se hayan presentado solamente para la fotografía.  Ana puede convertirse en la imagen que algo como esta batalla en contra de la violencia de género necesita. Porque hoy nos enteramos de lo que le sucedió a ella, una persona con un cargo público y mediática,  pero cuántos casos se quedan en el anonimato o van a los archivos de funcionarios que no le prestan la atención que se necesita.

Hay que entender, además, que no solamente se trata de la violencia física que desafortunadamente en muchos casos termina en un feminicidio. La violencia se manifiesta, además, en lo sexual, psicológico, económico y patrimonial. Ésta se puede presentar en la casa, las calles, el trabajo o de manera institucional por aquellos servidores públicos que no cumplen con su trabajo como deben.

Quizá muchas personas no lo sepan, pero en México existe la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres (www.conavim.gob.mx), creada en 2009 como un compromiso del gobierno para la prevención, atención, sanción y erradicación de la violencia contra las mujeres, según se lee en su definición oficial.

Este organismo ha generado campañas, estrategias en su lucha, pero necesitan más apoyo, de todos los ciudadanos que no podemos permitir que este tipo de cosas continúen. Hace apenas unas semanas, la Secretaría de Gobernación notificó a los gobiernos de Nuevo León, Chiapas y Veracruz de una alerta de violencia de género en 23 municipios y le solicitó las medidas que se deberán poner en marcha para combatirla. Sin embargo, este problema no disminuye, por el contrario, aumenta debido a la falta de castigos para quienes los cometen.

También es necesario impulsar una cultura de la denuncia. En otros estudios realizados, un alto porcentaje de las mujeres atacadas no levantan la queja correspondiente por cuestiones como pena o porque se trata de su pareja, con quien no quieren tener problemas o que las abandone. Esto es terrible, se tiene que cambiar de inmediato, no pueden permitir que continúe así.

Pareciera que las mujeres no solo no están protegidas como se debe, sino que tampoco cuentan con las garantías por parte de la justicia. Debemos terminar también, con la práctica que hace que los derechos de los delincuentes estén por encima de los de las víctimas. Estos personajes pierden todo derecho al momento de violentar a una mujer y no deben ser protegidos.

En esta ocasión fue Ana, como también la cantante María Barracuda, pero todos los días hay mujeres que sufren de agresiones de todo tipo en nuestro país y es necesario terminar con la violencia de género, que cada día hace que las mexicanas que quieren hacer algo por un mejor país, que trabajan o que son cabeza de una familia sientan temor de seguir adelante. Hoy Ana encabezará esta nueva lucha y todos no debemos unir.

Profesor

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