El 2016 inició con tres noticias importantes en materia de seguridad: la detención de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo; la confrontación entre autoridades en Morelos por la implementación del Mando Único —derivado de los altos índices de violencia en la entidad que culminan con la muerte de la presidenta municipal de Temixco— y los continuos homicidios en Guerrero: por lo menos 30 desde el inicio del año.

Mientras que la detención del hombre más buscado del planeta llenó las planas y notas de todo el mundo, la violencia en Morelos pasó a segundo plano ante la discusión entre Graco Ramírez y Cuauhtémoc Blanco, respectivamente gobernador de Morelos y alcalde de Cuernavaca, y nadie parece recordar que desde hace un par de meses hay un “nuevo operativo” en Guerrero para disminuir la violencia, que evidentemente no disminuye.
 
En este mismo espacio, destaqué cómo la nueva estrategia para Guerrero poco parece tener de nueva (), mi análisis y dudas hacia su efectividad, tan sólo dos meses después, parecen atinadas.
 
Recibimos el año con más de 20 homicidios en Acapulco y los medios dan cuenta que  apenas el 11 de enero, en Arcelia, se sumaron tres asesinados y 17 personas privadas de la libertad, que días después fueron liberadas.

Según los datos oficiales más recientes de la Fiscalía General de Justicia del Estado, reportadas en las bases oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), de enero a noviembre Guerrero fue la entidad con el mayor número de homicidios con una tasa de 51 por cada 100 mil habitantes, lo que significa un aumento respecto al mismo periodo de 2014 de 30%. Comparada con la tasa nacional, que es de 12.8 por cada 100 mil habitantes, la de Guerrero es casi tres veces mayor.
 
Si el dato se analiza por municipios, lo primero que hay que notar es que de enero a noviembre de 2015, 53 de 81 municipios, es decir 64% de los municipios están por encima de la tasa nacional y en 51% de los municipios el homicidio creció o se mantuvo igual con respecto a 2014.

Alarman los casos de Coyuca (1), Acapulco,  Chilpancingo e Iguala cuyas tasas son de 100, 98, 71 y 61 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes respectivamente y su crecimiento comparado con el mismo periodo de 2014 fue de 60%, 40%, 11% y 24%.

No podemos negar que la Marina Armada de México, la Policía Federal y las demás dependencias de seguridad y justicia hicieron un gran trabajo al detener al Chapo, sin embargo es importante destacar que ese logro no exime de fallas, carencias, corrupción, violación a derechos humanos y debilidad institucional que la realidad de seguridad del país ponen en evidencia.

Es entendible que el presidente Enrique Peña Nieto destaque una y otra vez la detención del Chapo como una evidencia de resultados de su administración, lo que no es justificable es que hable de una mejora en las condiciones de seguridad del país usando datos que sabe son falaces (2), que olvide la falta de acceso a la justicia y reparación del daño de tantas y tantas víctimas y la falta de avances demostrables en materia de combate a la corrupción.

Señor Presidente, aplaudimos a la Marina y a la Policía Federal la detención del Chapo, pero no olvide que fue su administración a la que se le fugó en un evidente episodio de corrupción e incapacidad institucional. Tampoco olvide, a la hora de presentar estadísticas, que en 2015 el homicidio doloso mantuvo un comportamiento al alza tras romperse la tendencia iniciada a mediados de 2012 y que en su gobierno secuestro y extorsión llegaron a un máximo histórico.

Señor Presidente, señores gobernadores y alcaldes del país, recuerden que por lo menos Baja California, Chihuahua, Colima, Distrito Federal, Durango, Estado de México, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas viven una crisis de seguridad y que Baja California Sur y Querétaro han visto aumentar los índices delictivos, en particular los violentos, de manera importante.
 
No olviden que toman acuerdos en el Consejo Nacional de Seguridad, en la Conferencia Nacional de Gobernadores, de procuradores o de secretarios de Seguridad Pública en materia de seguridad y justicia y que estos no se cumplen. No olviden que estas terribles fallas terminan revictimizando a las víctimas directas e indirectas del país como son los casos particulares de las encontradas en fosas clandestinas, las de desapariciones forzadas e involuntarias y las de tortura, delitos que ni se contabilizan ni se reconocen.
 
Señor Presidente, la fuga del Chapo es un logro de mujeres y hombres valientes que hicieron de todo para traer a este delincuente a cuentas, pero no estoy seguro sea un éxito de su gobierno; es, si acaso, la enmienda de una grave falta. Éxito será cuando las condiciones de corrupción e impunidad que permitieron la fuga sean diagnosticadas y resueltas.

Por mientras, la sociedad no puede distraerse con cifras alegres de éxitos y disminución de delitos, debemos recordar que por lo menos la mitad del país está en una franca crisis de seguridad.


Director general del Observatorio Nacional Ciudadano

@frarivasCoL

(1) Coyuca tiene una población menor a 100  mil habitantes (76 mil a 2015 de acuerdo con las Proyecciones de Conapo) y una cantidad absoluta de 77 homicidios. La tasa por 100 mil habitantes sobreestima ligeramente el total por año, pero presenta de tal forma para fines comparativos.

(2) En el Observatorio Nacional Ciudadano hemos destacado una y otra vez cómo la información que las fiscalías y procuradurías generales de varios estados son imprecisas o francamente erróneas.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses