Está de moda “querer cambiar al mundo”. Esto es imposible si se empieza de arriba hacia abajo, pero se puede empezar al revés.

Soy un convencido de que para cambiar el mundo, se debe buscar algo alcanzable. De inicio, nuestro propio ser y después, nuestro entorno.

Eso lo puede hacer cualquier persona, independientemente de su preparación o nivel de ingreso. Pero no por ser algo viable, deja de ser difícil y complicado. ¿Por dónde empezar?

Afortunadamente, si uno aprende a observar y entender, la vida nos coloca permanentemente en situaciones en que podemos hacer la diferencia. Hoy, te ha puesto en ese escenario al leer este artículo.

Estás en la capacidad de afectar directamente el bienestar de mil 570 familias a lo largo de diez años con una mínima inversión de dos pesos diarios, ¿de qué se trata?

Este es un tema muy concreto que, con poco, alivia mucho dolor. Me refiero a la pesadilla que tienen que vivir los familiares de niños enfermos en las áreas de pediatría y en las salas de espera de terapia intensiva en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

Seguramente has tenido la experiencia de acompañar a un familiar enfermo y, en cualquier hospital, las noches se vuelven una tortura de incomodidad, que se hermana a la ansiedad acumulada.

Considera que cada día, de todos los días de la semana, el IMSS realiza 500 mil consultas. Sí. ¡Medio millón de consultas diarias!

Cuando hospitalizan a un niño, solicitan a un familiar que esté a su lado las 24 horas. Así, las angustiadas mamás o papás, tienen que pasar las noches en una silla durante días o semanas y, obviamente, acaban con cansancio extra, por no poder dormir de una manera digna y algo cómoda. Y al día siguiente, a trabajar.

Muchos optan por acostarse en el piso. Afuera de los hospitales, venden en 60 pesos, largos pedazos de cartón para que las personas se acuesten sobre de ellos, debajo de la cama de su familiar enfermo.

Es por ello que se diseñó una solución: una silla-cama por parte de la Fundación IMSS, muy efectiva, que funciona como silla en el día y por la noche se jala y abre una especie de catre, bastante cómodo, que hace que los familiares puedan dormir de mucho mejor manera.

La necesidad son 4 mil sillas-cama. El IMSS no puede adquirirlas porque su mandato es atender y curar enfermos, no atender familiares. De por sí falta equipo médico y medicina para salvar vidas. Por ello, ciudadanos, a través de la Fundación IMSS, queremos cambiar un poco el mundo y el entorno de 4 mil familias, al menos en este rubro tan sensible.

Apoya a Movimiento Azteca y únete a los miles de mexicanos que ayudaremos a otros miles, dotando cuando menos de mil sillas a familias mexicanas en los momentos más tristes y angustiosos. Cada silla-cama tiene un costo de 3 mil 290 pesos y puedes informarte de esta campaña conmigo emoctezuma@tvazteca.com.mx y empezar a cambiar algo en el mundo.

Presidente ejecutivo de Fundación Azteca

@EMoctezumaB

emoctezuma@tvazteca.com.mx

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