En mi artículo anterior expliqué algunas de las razones detrás de la fortaleza del dólar y las recientes presiones sobre el peso mexicano. La expectativa de que la Reserva Federal subirá sus tasas de interés ha generado una preferencia por activos en dólares, incrementando con ello la demanda global de la divisa norteamericana y en consecuencia su precio. Además, las operaciones de cobertura que realizan masivamente los inversionistas con nuestra moneda han exacerbado las presiones al peso. Dada la naturaleza especulativa de estos factores, argumenté que sus efectos se disiparían con el tiempo.

En esta ocasión abordaré factores de carácter estructural, asociados con un menor flujo de dólares hacia nuestra economía, los cuales tienen el potencial de impactar de forma distinta a la paridad cambiaria. El primer factor es la expectativa de que los precios del petróleo se mantendrán deprimidos y el segundo es el impacto negativo en la economía global por la fuerte desaceleración en China.

La previsión de que los precios del petróleo se mantendrán bajos en los próximos años se sustenta, por un lado, en una sobreoferta mundial de crudo estimada en 2 millones de barriles diarios y en una menor demanda energética, consecuencia de la desaceleración económica en China y el estancamiento en Europa.

Entre 2008 y 2014 la producción de petróleo de Estados Unidos pasó de 5 millones de barriles diarios a 8.7 millones, haciéndolo menos dependiente de las importaciones provenientes de Arabia Saudita, Nigeria y Argelia. Ahora, estos países tienen que competir en el mercado asiático, mientras que la producción petrolera de Canadá e Irak también se ha incrementado en los últimos años. Además, el levantamiento de las sanciones y del embargo petrolero contra Irán, a partir de inicios del 2016, estimulará la producción mundial de crudo. Lo anterior se ha reflejado en una caída anual de casi 60 por ciento en el WTI, el precio de referencia por barril de petróleo en los mercados internacionales.

Esta caída en los precios del petróleo implica un menor ingreso de divisas al país y por lo tanto un tipo de cambio más depreciado. Las exportaciones petroleras se contrajeron 44 por ciento anual a 12 mil 832 millones de dólares durante el primer semestre del año, ocasionando que las exportaciones totales disminuyeran 2.1 por ciento en el mismo periodo.

Por su parte, la reciente depreciación del yuan, así como el desplome bursátil en China son señales de que su economía podría estar pasando por dificultades más serias de lo que se creía. Se espera que la economía china crezca a un ritmo cercano al 6 por ciento anual para los próximos años. Si bien esos ritmos de crecimiento son envidiables, se debe recordar que la economía china registró un crecimiento promedio anual de 8.9 por ciento entre 2010 y 2014, por lo que tasas menores de crecimiento tendrán un fuerte impacto en la generación de riqueza y en el comercio internacional.

De acuerdo con analistas, el menor ritmo de crecimiento en China implica que dejarían de generarse 257 mil millones de dólares anuales en promedio, respecto a los 14 años previos. La pérdida, a lo largo de tres años, ascendería a 771 mil millones de dólares, alrededor de las dos terceras partes del PIB mexicano. Para el comercio internacional también hay un impacto significativo. En los primeros siete meses de este año las importaciones realizadas por China descendieron en 14.6 por ciento.

El principal índice de la bolsa de Shanghái cayó 32 por ciento desde el 12 de junio hasta el viernes pasado. Esto significa una pérdida de valor de mercado de 1.8 billones de dólares o casi dos veces el valor del PIB mexicano y un duro golpe para el patrimonio de 90 millones de pequeños inversionistas chinos.

La perspectiva de que los precios del petróleo se mantendrán bajos en los próximos años, así como un menor dinamismo en la economía mundial por la desaceleración en China son factores estructurales que disminuyen el flujo de dólares hacia nuestro país. Sin embargo, la economía mexicana tiene fundamentales sólidos y el esquema de libre flotación cambiaria ha demostrado su eficiencia para limitar el impacto en la economía por choques externos.

En la medida en que se asimile el alza de tasas en EU y se estabilicen los mercados financieros, existe consenso en que el peso recuperará terreno.

Secretario de Turismo.

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