Hoy se realizan elecciones en el Estado de México, Coahuila y Nayarit para designar gobernador, y en Veracruz para elegir a presidentes municipales.

No obstante, esta jornada electoral, a diferencia de otras anteriores del ámbito local, por el momento y las circunstancias en que se lleva a cabo, podría ser histórica, por estar hoy sí verdaderamente en juego la primera alternancia partidista en el Estado de México y Coahuila, por el importante reacomodo de fuerzas en alcaldías de Veracruz y en concreto por lo definitoria que resultará para la elección presidencial de 2018.

Otro elemento importante es que estos comicios estarán aderezados por un generalizado descontento de la sociedad con la clase política, por los escándalos de corrupción que salpican a todos los partidos, y por el adverso panorama económico y de seguridad que aqueja a grandes franjas de la sociedad. Este enojo social no es para menos: que el Edomex sea la entidad con más feminicidios, enterarnos de los nexos criminales del ex fiscal de Nayarit, o conocer sobre el desfalco ocurrido en Coahuila y ya no se diga en Veracruz —cuyo ex gobernador esta hoy preso—, por citar solo algunas de las problemáticas de los estados en cuestión, constituyen un fiel retrato de la tensa atmósfera en que estas elecciones se realizan.

Tras unas campañas en las que la guerra sucia fue el sello común, y caracterizadas tristemente por la franca ausencia de plataformas electorales serias, propuestas realistas y discursos creíbles, y llenas, eso sí, de irresponsable demagogia, es deseable que la ciudadanía llamada a votar efectivamente acuda a las urnas, y lo haga concienzuda e informadamente.

Como se sabe, Veracruz y el Edomex son los estados que concentran el mayor porcentaje del padrón electoral nacional, por lo que la batalla será encarnizada sobre todo en el caso del segundo. Por esta razón analistas consultados por EL UNIVERSAL prevén que habrá conflictos, focos rojos y un aparato de gobierno bien estructurado para la compra del voto en las cuatro entidades. Otro motivo de disputa podría ser, afirman, que es altamente probable que sean votaciones con resultados cerrados y por ende con conflictos postelectorales y una eventual judicialización.

Ante ello, para evitar choques, las autoridades deben estar atentas a cualquier anomalía en el ámbito de su competencia, mientras que los electores deben salir a votar y denunciar todo intento de compra del voto. Las prácticas ilícitas para atraer el voto, como lo documentó este diario en su momento, son algo que sabemos que existe, y este domingo se podrá ver claramente qué tanto pesan. En todo caso, es de esperarse que de surgir, cualquier conflicto se canalice por la vía institucional.

La elección de este domingo puede resultar histórica sobre todo por el muy probable reacomodo de fuerzas políticas, sin embargo, esperemos también lo sea por transcurrir en paz, en el marco de la ley y con la abundante participación de la sociedad.

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