Ahora que Donald Trump ha dejado claro que tratará de dinamitar nuestros nexos económicos y comerciales con EU, se vuelve impostergable que México, a la vez que impulsa su mercado interno, mire hacia otros horizontes geopolíticos en busca de nuevas alianzas económicas y comerciales, para así lograr diversificar nuestras cadenas mercantiles y a su vez fortalecer y ‘desnorteamericanizar’ nuestra economía y diplomacia.

Aunque para Trump este asunto de aislarse de México se torna por demás complejo, si no es que imposible, por la estrecha relación histórica, geográfica y cultural, el solo intento augura mayores condiciones de incertidumbre económica y financiera y enormes pérdidas en inversión para nuestro país. Por ello, frente a los nuevos tiempos y en vista de la enorme dependencia que hoy tenemos del mercado estadounidense —81% de nuestras exportaciones se dirige a EU—, y de la gran vulnerabilidad en la que ésta nos coloca, va siendo hora de replantear nuestra posición en la escena internacional.

Y para este propósito, China, la gran potencia comercial del mundo, segunda economía mundial y de hecho segundo socio comercial de México, es quizás el mejor candidato para compensar los flujos comerciales afectados por las políticas en EU. No hay tiempo que perder para establecer alianzas con el gigante asiático.

Como afirma Sergio Ley López, embajador de México en China entre 2001 y 2007, los mercados latinoamericanos con los que México mantiene acuerdos de libre comercio no son suficientes para absorber los excedentes que tendrán nuestros exportadores. La Unión Europea, por su parte, navega por una crisis política, social y financiera de compleja solución. A India, como nosotros un mercado emergente, le falta aún un largo camino por recorrer. En este contexto lo obvio es voltear hacia China, nación que, paradojas de los tiempos, hoy día se presenta como el adalid del libre comercio en el mundo, como quedó constatado en la Cumbre anual de Líderes de APEC en Lima, Perú, y en la reunión económica de Davos de pasado enero.

Pese a que la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha presentado hasta ahora una estrategia clara para sortear el difícil panorama que afronta nuestra economía, declaraciones recientes del canciller Luis Videgaray sugieren precisamente el establecimiento de acuerdos con China, que podrían concretarse en el marco de la reunión de la Comisión Binacional Permanente México-China, a celebrarse en Beijing en fecha próxima.

Nos hallamos frente a una crisis que obliga a replantear nuestra posición en el entorno geopolítico internacional. He aquí una oportunidad única para nuestro país de reformular las prioridades de las relaciones políticas y económicas con el mundo. Es tiempo de una genuina diversificación de nuestro comercio con actores globales distintos a EU. Es hora de definir cómo reposicionar a México en el entorno global, con China como nuevo aliado.

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