Una singularidad de estas elecciones en Estados Unidos es la dificultad para entender lo que pasa. Una a una, se han venido abajo las predicciones sobre los escenarios posibles. ¿Estamos ante una hazaña de Trump, o Hillary es una mala candidata? Serán los electores —el próximo 8 de noviembre— los que descifren el enigma. De lo que sí podemos tener certeza es de la fuerte polarización que existe entre los dos principales candidatos de esta contiende: Hillary Clinton y Donald Trump. Quizá pocas veces han estado tan lejanas las propuestas de gobierno como las que han presentado los dos candidatos en esta campaña.

El apoyo a la candidatura republicana es una expresión de problemas y cambios reales en EU. Se han fortalecido los grupos de una derecha radical e intolerante; la globalización ha generado transformaciones que han engrosado las filas de sectores sociales que han perdido bienestar; la crisis de 2008 dejó marcas muy fuertes (desempleo, perdida de la vivienda, cancelación de horizontes de recuperación) que perduran hasta la fecha. Estos grupos consideran que están más mal que hace 50 años y que las siguientes generaciones estarán peor. Esa es la base de apoyo de Trump, pero casi la mitad de la población piensa de esa forma según el Pew Reserch Center. Cuando esos millones de estadounidenses blancos y con poco nivel educativo necesitaron encontrar a un responsable de su situación, voltearon a ver a los inmigrantes y a los terroristas. La lectura de Trump ubicó bien a su mercado político y, en unos meses, se convirtió en el vocero de esos grupos, en su líder y, quizá, en el próximo presidente del país.

Puede ser cierto que se trate de dos candidatos repudiados: Hillary tiene un 56% de opinión desfavorable y Trump un 62% (EL UNIVERSAL, 25/IX/2016), sin embargo, sí representan dos proyectos de país. Las diferencias son muy importantes, por eso se trata de una elección polarizada. Con Hillary estamos ante una visión de centro, con algunos rasgos hacia el centro izquierda por la incorporación de algunas propuestas de Sanders. En el caso de Trump se trata de una visión de derecha, con rasgos de extrema derecha. El País (14/VII/2016) y EL UNIVERSAL (25/IX/2016) hicieron un contraste de posiciones del siguiente tipo: en materia económica, Trump es proteccionista al extremo, impondría altos aranceles a las importaciones, renegociaría el TLC y no firmaría el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP). Clinton, en general, está a favor del libre comercio. En política fiscal: Hillary subiría la tasa a los sectores de mayores ingresos y Trump la bajaría. En política exterior, la demócrata seguiría los pasos de Obama para continuar los acuerdos con Cuba y con Irán, y el republicano implementaría el aislacionismo, cerraría las fronteras, regresaría a la guerra fría con Cuba y cancelaría el acuerdo con Irán. En el tema de las armas, Trump está comprometido con esa industria y no ve la necesidad de prohibir los rifles de asalto. Clinton sí propone regular el uso de las armas.

En donde los contrastes se acentúan todavía más es en materia social, medio ambiente y políticas de inmigración. Hillary seguiría por la ruta de Obama en materia sanitaria y Trump cancelaría el Obamacare. En educación, Clinton retoma la demanda de Sanders para tener educación universitaria gratuita, aumentar el salario mínimo y lograr salarios igualitarios entre hombres y mujeres; Trump está en contra. Sobre el fenómeno migratorio, Hillary está por una reforma para regular a millones que no tienen papeles, y el republicano propone hacer un muro para detener a los mexicanos, cerrar la frontera, deportar a los inmigrantes y no permitir la entrada de musulmanes. Sobre el cambio climático Hillary haría una inversión millonaria para cambiar la matriz energética; Trump propone potenciar el carbón. La agenda LGTB es otro tema de contraste, Clinton apoya el matrimonio igualitario y Trump no.

Una parte de los votantes se define por el contraste de proyecto, el resto se decidirá por los debates y la propaganda. En las siguientes horas y días veremos de qué forma el debate movió las preferencias sobre esta polarización extrema…

Investigador del CIESAS

@AzisNassif

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