Desde la campaña para abandonar la Unión Europea ( UE ) en 2015 , al público británico se le ha dicho que la pérdida eventual del acceso irrestricto al mercado común puede ser compensada mediante nuevos acuerdos de libre comercio con las economías emergentes .

¿Es posible?

Según expertos, la respuesta es probablemente no, al menos en el caso de México y de otros países.

Alguna vez una de las principales potencias políticas y económicas en México —su presencia e inversiones fueron cruciales para el desarrollo de las industrias ferroviaria y petrolera—, actualmente existe mucho terreno por recuperar para Gran Bretaña .

Se trata del quinto socio comercial de nuestro país en la UE y el número 15 a escala mundial, con un intercambio de USD $5 mil 360 millones en 2016.

El Reino Unido es también el quinto mayor inversionista en México entre los miembros de la UE y el octavo del mundo , con capitales acumulados entre 1999 y 2017 por USD $10 mil 927 millones , reportó la Secretaría de Relaciones Exteriores ( SRE ).

Mientras que el presidente Enrique Peña Nieto efectuó una visita de Estado al Reino Unido en 2015, destacando la celebración del Año Dual, Luis Videgaray , titular de la SRE , enfatizó el interés de México por suscribir un acuerdo bilateral con independencia de que Gran Bretaña se mantenga o no en la UE, durante un discurso en el centro de estudios Chatham House como parte de su visita a Londres el año pasado.

Sin embargo, “ México tiene poco margen de maniobra para abastecer las necesidades del mercado británico. India y China podrían hacerlo, podrían cubrir los requerimientos de ciertos sectores productivos, pero lo cierto es que los servicios y bienes de alta tecnología de esos mercados no están al nivel de lo que demandarían los consumidores británicos”, aseguró Javier Urbano Reyes , profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana ( UIA ) en la Ciudad de México.

Expresó a Karen Ávila , reportera de , que reconducir el intercambio en el caso de México significaría asumir complejos cambios en su infraestructura y normatividad para adecuarse a los estándares británicos, entre otras dificultades.

En el mismo tenor, David J. Sarquís , especialista de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales ( AMEI ), recordó que los dos países han tratado de diversificar su comercio desde los años 70, aunque no es fácil superar las barreras geográficas, los lazos comerciales establecidos y la falta de conocimiento de los mercados.

Bloques de negociación

Sarquís añadió que un acuerdo entre el Reino Unido y México es deseable como alternativa comercial, “pero fomentaría la idea de las pláticas por separado y el regreso de las políticas proteccionistas y aislacionistas que pueden dañar a nuestro modelo de libre mercado, así es que sería mejor que prosperen las negociaciones en bloque”.

Luego de su gira por América del Sur este año, el entonces canciller británico Boris Johnson declaró que “ reinos de oro ” esperan a su país y América Latina en la era post Brexit.

No obstante, los impulsores de la estrategia Gran Bretaña Global anunciada por Downing Street en enero de 2017 tienden por lo general a mencionar a las naciones asiáticas —particularmente China e India —como futuros socios más que a las latinoamericanas, indicó un estudio del Grupo Británico de Política Exterior ( BFPG ).

El informe cuestionó la capacidad—o la disposición—de Gran Bretaña para negociar su retiro de la UE y establecer simultáneamente nuevos vínculos bilaterales con los países europeos y los mercados emergentes, cuando el Ministerio de Relaciones Exteriores reveló planes para reasignar sus recursos de Asia , África y América a fin de crear 50 puestos adicionales para las embajadas en Europa, en el marco de un recorte de casi 40% al presupuesto general para la diplomacia.

El reciente viaje de Johnson, así como la próxima visita de la primera ministra Theresa May a Argentina para la Cumbre del G-20 en noviembre, “sugieren que al menos América Latina se registra en el radar del gobierno”, expuso el BFPG.

La semana pasada, el grupo de análisis auspició una reunión con Anglo American plc y British Expertise para evaluar el éxito de la Agenda Canning , lanzada en 2010 por las autoridades con objeto de incrementar el comercio con la región.

Con el respaldo de Johnson y otros dirigentes conservadores de la campaña para dejar Bruselas, el reporte " " del Instituto de Asuntos Económicos ( IEA ), por su lado, recomienda buscar ahora convenios globales de intercambio, para forzar a la UE a llegar a un mejor acuerdo con Gran Bretaña tras su salida del bloque el próximo marzo.

Al abrir las pláticas en este momento, resaltó, el Reino Unido podría acelerar la firma de acuerdos que equivaldrían a 7% de su PIB para mediados de los años 2030 .

Las negociaciones bilaterales comenzarían sobre todo con Estados Unidos y posiblemente con India y China ”, aseveró.

El plan de 140 páginas agrega que Gran Bretaña buscaría acceso temprano al Acuerdo de Asociación Transpacífico —formado por México y otros diez países—dentro de la nueva estrategia, y al mismo tiempo eliminaría aranceles para algunos bienes que no produce.

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