El desastre puede haberse retrasado por varios meses en Ciudad del Cabo , Sudáfrica , pero el drama actual debe ser entendido plenamente por el resto del mundo: la escasez de agua llegó para quedarse y puede ser una de las mayores causas de conflictos internacionales y malestar social del siglo.

Gracias al gran esfuerzo realizado por las autoridades locales en los últimos meses, incluyendo restricciones que alteran la vida cotidiana , como el establecimiento de una cuota diaria de apenas 50 litros por persona , la prohibición de usar agua del grifo para lavar carros o regar jardines, así como el despliegue de una fuerza especial de la policía que patrulla suburbios ricos y barrios irregulares para impedir el desperdicio, el 12 de abril o Día Cero , cuando la urbe de cuatro millones de habitantes quedaría seca, logró evitarse y ahora se espera hacia el 9 de abril , fines de agosto o incluso 2019 .

No obstante, el futuro inmediato todavía depende de las lluvias de invierno en el hemisferio sur.

El Municipio Metropolitano de la Ciudad del Cabo , encabezado por Patricia de Lille , planea cortar el suministro en viviendas y empresas cuando sus seis mayores presas —ahora a 26% de su capacidad — toquen la marca de 13.5%, y también prepara 200 estaciones de emergencia en puntos de reunión, cada una de las cuales tendría que atender a 20 mil personas .

Nuevos pozos

son excavados y cuatro plantas de desalinización son construidas con apoyo financiero del gobierno de la provincia del Cabo Occidental. “Siempre y cuando sigamos consumiendo el líquido en los niveles actuales y tengamos una precipitación invernal aceptable este año, el Día Cero no llegará en 2018”, afirmó Mmusi Maimane , líder de la oposición sudafricana , cuya Alianza Democrática gobierna Ciudad del Cabo.

Los últimos tres años de sequía han cobrado su precio a la economía. La agencia calificadora Moody’s advirtió esta semana que la crisis provocaría un fuerte aumento del endeudamiento de la ciudad y la contracción de la economía provincial entre más tiempo se prolongue el problema, reportó Reuters .

La producción agrícola caería en 20% este año, reduciendo las exportaciones de frutas a Europa y uno de los impactos directos se recibiría en los ingresos operativos de Ciudad del Cabo, ya que 10% proceden de las tarifas por el uso de agua. El gasto de inversión en infraestructura hidráulica y saneamiento ascendería a 12,700 millones de rands ( mil 76 millones de dólares ) en los próximos cinco años.

La sequía también amenaza con frenar la recuperación económica de Sudáfrica , que se ha alimentado con un incremento de la producción agrícola. Ciudad del Cabo, irónicamente conocida como Cabo de las Tormentas en la era colonial, generó casi 10% del PIB total del país en 2016.

Años de negligencia

Los gobiernos nacionales y locales han sido duramente criticados por su manejo de la crisis. Un estudio de la Comisión de Investigación de Aguas advirtió en 1990 que Ciudad del Cabo , la segunda área urbana más poblada de Sudáfrica después de Johannesburgo y también capital legislativa del país, quedaría sin abasto en 17 años .

El suministro de agua fresca aún proviene de las seis reservas que dependen de la lluvia , mientras que los planes para aprovechar los mantos acuíferos subterráneos de la provincia se aplazaron varias ocasiones.

Mala gestión

, cambio climático , urbanización acelerada y desigualdad —Ciudad del Cabo es una de las urbes más violentas del mundo y su tasa de desempleo se ubica en 25%—son las principales razones de la crisis .

El panorama es similar en 125 de las 500 ciudades más grandes que enfrentan una situación de “ estrés hídrico ”. De acuerdo con UN Water , el organismo de Naciones Unidas que coordina el trabajo sobre el líquido vital y el saneamiento, la demanda global de agua fresca —que sólo representa 3% del total de la Tierra— excederá la oferta en 40% para 2030, debido a una combinación de cambio climático, acción humana y crecimiento demográfico.

La Ciudad de México , México; Sao Paulo , Brasil; Beijing , China; El Cairo , Egipto; Yakarta , Indonesia; Teherán , Irán y Tokio , Japón, se cuentan entre las enormes áreas metropolitanas que viven en “estrés hídrico”.

La escasez afecta no sólo a la estabilidad social, sino que también puede llevar a disputas internacionales como puede observarse en el actual litigio entre Egipto y Etiopía por la construcción de la Presa Gran Renacimiento , que será el mayor proyecto de energía hidráulica de África y eje del desarrollo etíope, o en el desvío de las aguas del río Jordán al desierto del Negev en Israel .

En un reporte en 2012 , el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos abordó las cuencas hidrográficas más críticas—los ríos Nilo , Tigris-Éufrates , Mekong , Jordán , Indo , Brahmaputra y Amu Daria —para concluir que muchos de los países de África y Asia que consumen sus aguas enfrentarán escasez, mala calidad o inundaciones que podrían generar “inestabilidad, fracaso del Estado e incrementar las tensiones regionales”.

Los científicos y expertos, sin embargo, son optimistas en torno a las soluciones disponibles mediante el uso de nuevas tecnologías; por ejemplo, éste y otros temas serán estudiados por la industria en la Cumbre Global del Agua que tendrá lugar en París del 15 al 17 de abril .

Bajo el lema “ Trascendiendo fronteras ”, el sector debatirá como la biotecnología está cambiando el manejo del agua en la industria del petróleo y del gas, la reutilización de aguas residuales, asociaciones público-privadas y proyectos de infraestructura.

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