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El equipo de funcionarios culturales que anunció la Secretaría de Cultura representa un relevo con respecto a quienes durante las administraciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y la Secretaría de Cultura condujeron el sector en México.

Ese cambio es un acierto en la Secretaría, coincidieron analistas entrevistados por EL UNIVERSAL.

“Lo más importante para mí es el cambio o deslinde de la escuela o herencia que por casi tres décadas se tuvo en el manejo de las instituciones, un equipo de trabajo predominantemente de la estela de Rafael Tovar”, aseguró Eduardo Cruz, especialista en economía cultural y fundador del Grupo de Reflexión sobre Economía y Cultura (GRECU) de la Universidad Autónoma Metropolitana.

“Destacaría que es un relevo, si no generacional, sí de perfiles y de nombres; termina de alguna manera la era de Tovar y compañía, que trajo la realternancia, por llamarlo de alguna manera”, dijo por su parte Carlos Lara, especialista en temas culturales. Añadió que, en general, en el nuevo gabinete no hay ninguna sorpresa, pero sí caras nuevas.

Lara expresó que es plausible el cambio generacional, que ya haya nuevos nombres y caras en estas responsabilidades públicas, que además es un área que no admite más errores y descuidos. “Espero que vengan con todas las ganas de trabajar por este sector, que ya tiene un ramo presupuestal propio, una ley, un mandato constitucional y que tiene que demostrar para qué se quería todo esto”.

La Secretaría de Cultura dio a conocer 14 funcionarios (tres anunciados desde julio). Se trata del equipo inmediato de trabajo de la secretaria Alejandra Frausto, en el que resaltan nuevos nombres, como la poeta Natalia Toledo, como subsecretaria de Diversidad Cultural; el cineasta Édgar San Juan, quien es el subsecretario de Desarrollo Cultural; y el escritor Mario Bellatín, director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca). Ninguno de ellos ha ocupado cargos en la Secretaría de Cultura.

Eduardo Cruz comentó que ve como un buen signo que sean personas que llegan por primera vez a la institución, aunque, dijo “es una gran incógnita Natalia Toledo como servidora pública, que no es una persona que haya trabajado en las instituciones y que se coordinará con personajes de largo aliento, como los directores del INAH y el INBA”.

Otro de los cargos anunciados fue el de la antropóloga Lucina Jiménez como directora del Instituto Nacional de Bellas Artes; entre 2001 y 2005 fue directora del Centro Nacional de las Artes, y es fundadora del Consorcio Arte Escuela, ConArte, creado en 2006, al que ayer renunció.

El comunicado anuncia uno de los compromisos planteados por Frausto hace varios meses, la incorporación del Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías (FONART) a la Secretaría de Cultura; esta institución será encabezada por la historiadora Emma Yanes Rizo.

Trabajo por la diversidad. El también analista de temas culturales Carlos Villaseñor señaló que observa tres puntos en este gabinete: trabajo por la diversidad cultural, por la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial y la experiencia de trabajo comunitario de base:

“Desde el primer día vimos cómo hay un decidido intento de visibilizar y de reconocer la diversidad cultural que integra este país, tal vez con demasiado acento en un primer momento con las poblaciones originarias, me parece que el gabinete hace un énfasis en reconocer la diversidad y en procurar la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial en México”, reconoció Villaseñor.

Eduardo Cruz recalcó que “Alejandra Frausto tiene que ser absolutamente clara en el manejo de las asignaciones hacia puestos que son concursables en el Servicio Profesional de Carrera, y ella lo sabe porque es el caso de Culturas Populares, cargo que ocupó”. Otras dependencias en las que hay esta situación son la Dirección General de Publicaciones, Vinculación Cultural y el Centro Nacional de las Artes. Tanto en el caso de Publicaciones como en Educal, más adelante se tendrá que ver —con los cambios que pueda haber en el Fondo de Cultura Económica— si estas áreas pasan o no a la paraestatal.

Para Carlos Villaseñor, en lo general, este gabinete es una buena apuesta para un momento donde México tiene que abrir su política cultural a los temas en los que han hecho énfasis: reconocimiento y promoción de la diversidad cultural, que será eje transversal de la política cultural; y la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial de México.

Carlos Lara expresó que los grandes retos que enfrentará esta administración son: el presupuesto, una política cultural transversal y sentar las bases de lo que denomina un federalismo cultural. “Esos son los tres grandes retos culturales y espero que estos perfiles tengan la mirada puesta o la altura de miras para poder desarrollar estos retos”.

Con la reforma a la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal se eliminó la figura de Oficial Mayor de las Secretarías de Estado, ahora el cargo es titular de la Unidad de Administración, para la cual fue designado Omar Monroy.

En el nuevo equipo cultural también estarán la artista Grace Quintanilla, quien asumirá una dirección que está por presentar la secretaria de Cultura, así como Esther Hernández y Ximena Molina.

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