El contraste entre el maltrato emocional y un mundo onírico, el lugar seguro de Fernando, uno de los personajes, es el eje de “ Llueven vacas” , obra escrita por Carlos Be y dirigida por Claudia Tobo, con Jano Sanvicente, Sabela Mascuñana y Micaela W. Morello en el elenco.

La pieza tiene una corta temporada (cuatro funciones del 24 al 27 de noviembre) e incluso cuenta con una adaptación al cine en la que actúa Maribel Verdú. El proyecto surgió cuando los actores Jano y Sabela acordaron que les gustaría contar una historia universal que pudiera resonar en México; entonces, entraron en contacto con Claudia, la directora, quien les dijo que hace cinco años quedó consternada con “Llueven vacas”, una obra que vio en España. La coincidencia fue que Jano conocía a Be, el dramaturgo, y le pudo hablar de la intención del montaje de la obra en México.

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La historia: después de 10 años de relación, Fernando y Margarita atraviesan el punto donde se degrada el mejor momento de su amor, el inicio, cuando todo es tierno y las emociones están a flor de piel —dice Sanvicente, quien interpreta a Fernando y además es productor de la obra.

“Llueven vacas”, una obra sobre el descubrimiento del amor tóxico
“Llueven vacas”, una obra sobre el descubrimiento del amor tóxico

“El tema es la toxicidad que hay en nuestros conceptos de amor y cómo estos nos llevan a torcer y retorcer la realidad. De tal manera que podemos manipular a la persona que tenemos enfrente para que quede anulada y viva ajena a lo que sucede al interior de las paredes de la casa”, detalla el actor.

Fernando es un ser humano, por lo tanto tiene motivaciones, debilidades, fisuras —continúa el actor—. "Pero las conciencias que la historia remueva ya no son nuestro asunto: habrá espectadores que quizá vean en Fernando a alguien que actúa de esa forma porque los demás personajes no le dejan opciones".

La trama se desarrolla en un espacio irreal que Fernando crea para Margarita. "Un lugar donde el amor sucede, pero también el control. Un jardín plástico que Fernando crea y le sirve, a la vez, como motivación o lugar de control”.

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El dispositivo escénico de esta fantasía, abunda Sanvicente, podría compararse con “Dogville”, de Lars von Trier, o con ciertas películas de Michel Gondry. Algo que contrasta con la acción porque el personaje de Fernando manipula la realidad y “utiliza todas las técnicas que tiene a su alcance para conseguir sus objetivos, que al final, son la sumisión de los demás personajes, el control y sentirse querido a su manera porque él entiende el amor así”.

Hasta que en el argumento se inserta Coral, un tercer personaje, a quien Fernanda también intenta controlar. “Usa las mismas estrategias, con ligeros cambios porque Coral es otro tipo de mujer. Coral le da un toque de frescura a la obra, aparece cuando toda la tensión que se ha ido mascando en escena ya es insoportable y alcanza un punto donde la angustia es fuerte. Coral es ajena a lo que está pasando dentro de la casa, llega con inocencia, sin saber que se está metiendo en un lugar oscuro que quizá la transforme”.

“Llueven vacas”, una obra sobre el descubrimiento del amor tóxico
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Ante Coral, el espectador puede suponer que, en algún momento del pasado, Margarita también fue así. “No nos podemos imaginar de dónde venía Margarita. Un caso extremo que quizá no siempre es así en la vida real. Pero es cierto que las parejas tienen una toxicidad tan asumida que no es posible percibir. ´No puedo ir a esa fiesta porque no me dejan´, dicen. ¿Quién no te deja? ¿A quién le perteneces? Los roles están tan asumidos desde dentro que los amantes no los cuestionan”, reflexiona el actor.

Pero Sanvicente puntualiza que todos los personajes se necesitan unos a otros para existir. Fernando, Margarita y Coral no son nadie el uno sin el otro.

“Nos hemos planteado mucho la complejidad de los personajes. Además de actor, soy productor de la obra junto a Claudia Tobo, con quien comparto una visión del teatro que puede ser ética, pero no moral. No queremos aleccionar ni que el público se posicione. Queremos que el espectador sea libre porque nuestro planteamiento es humanizar a todos los personajes, incluso al mío”, concluye Sanvicente.

“Llueven vacas” puede verse en el Teatro Sergio Magaña (Sor Juana Inés de la Cruz 114, Col. Santa María la Ribera) hoy, a las 20:00 horas, el sábado a las 19:00 horas y el domingo a las 18:00 horas.

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