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Versión celeste “es un trabajo de equipo, de un equipo formidable”, expresó ayer el artista Vicente Rojo durante la inauguración en el Monte Piedad de este vitral que se instaló en el plafón del patrio central del edificio, en el Centro Histórico de la Ciudad.

Rojo contó que el proyecto cobró vida imaginando cosas que siempre le parecían imposibles, pero que fueron posibles porque tenía el apoyo del arquitecto Armando Chávez y de Gustavo Avilés, encargado de la iluminación del edificio, así, dijo el artista, fue posible pensar que se iba a iluminar y mover el vitral Versión celeste.

La estructura —que se ve diferente de acuerdo con la hora del día o la noche— contiene 275 cuadros, 12 mil colores e infinidad de variables de programación.

Cuando fue por primera vez al edificio, Vicente Rojo se dio cuenta de que iban familias incluso con jóvenes y niños, y que mientras hacían los trámites, iban y se sentaban en el patio y esperaban:

“Mi idea fue darles a estas personas —a lo mejor algunas venían con problemas—, que pudieran sentirse acompañadas de algo, una luz, de una vida, algo que fuera un poco grato en la espera que tienen aquí. Es decir, no es tanto una idea artística sino una idea sensible que pudiera ayudarles a las personas que vienen y que esperan sus trámites, que pudieran sentirse un poco acompañadas. Quizás algunas podrían ver el techo, otras no. Quizás la luz pudiera darle luz, tranquilidad, seguridad, que tuvieran aquí una zona en la que pudieran estar bien acompañados o, por lo menos, bien iluminados.”

La presentación de Versión celeste reunió en el Monte de Piedad a patronos de esta institución, artistas, escritores, curadores.

Pedro Romero de Terreros, presidente del Patronato del Monte de Piedad, recordó la historia de la institución y dijo que con la remodelación se pensó dignificar el espacio al que acuden más de 4 mil personas cada día. En el evento, el arquitecto Francisco Pérez de Salazar ofreció una conferencia sobre la Plaza Mayor y se presentó el libro 500 años, narrado desde el palacio de Moctezuma.

Armando Chávez contó que para la intervención artística se consideró invitar a Francisco Toledo, Manuel Felguérez y Vicente Rojo. Al hacer la obra —reconoció— había incertidumbre: ninguno había hecho un vitral, y menos uno con movimiento. “La luz de este patio ahora tiene un nuevo matiz, la alegría de Vicente Rojo”, dijo.

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