La indiferencia es la principal amenaza que enfrenta el patrimonio histórico y cultural del mundo en este siglo XXI, asegura Marie-Christine Labourdette , presidenta del Establecimiento Público del Castillo de Fontainebleau, en Francia, quien señala que los ciudadanos tenemos que darnos cuenta de que existe el patrimonio, que es frágil y vulnerable. “Es nuestra responsabilidad atenderlos y pasar a las generaciones futuras ese patrimonio como las generaciones anteriores nos los pasaron a nosotros”.

La funcionaria francesa que entre 2018 y 2021 fue presidenta de la Ciudad de la Arquitectura y el Patrimonio del Ministerio de Cultura y Comunicación, cuya misión es garantizar la promoción de la arquitectura francesa, afirma a EL UNIVERSAL que la indiferencia y falta de conciencia de los ciudadanos sobre la fragilidad del patrimonio cultural e histórico, es superior a las amenazas externas y naturales como las catástrofes y la voluntad de destrucción.

Labourdette inaugura hoy con su charla sobre “Pensar nuevos modelos de gestión cultural y sus retos en el siglo XXI”, el Encuentro internacional Nombrar la gestión cultural contemporánea que reunirá más de 50 especialistas de Argentina, Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Italia, México, Perú y Uruguay quienes debatirán sobre la gestión cultural como una plataforma crítica para incidir en política cultural con perspectiva de género y sostenbilidad.

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“El museo es un lugar de apropiación del pasado que permite una proyección hacia el futuro, aunque ha habido una evolución muy impactante en los últimos 50 y 60 años, la pandemia por el Covid-19, que es como el punto de entrada al siglo XXI, aunque sea con 20 años de atraso, lo que hizo fue enfatizar el deseo universal de los museos, reforzó el tema preguntando e investigando sobre sus funciones”, asegura la gestora francesa.

Labourdette sostiene que el reto de la gestión cultural es concretar la idea universal de los museos. Ella ha sido esencial en la promoción del patrimonio histórico y cultural de Francia que es el primer destino turístico mundial con más de mil 500 museos, más de 45 mil monumentos inscritos como patrimonio, y 45 sitios —de entre los mil 100— con declaratoria de Patrimonio Mundial de la UNESCO.

“Francia es una superpotencia turística y patrimonial, pero no sólo los turistas y los extranjeros tienen un interés en conocerla, los franceses tienen una relación muy particular con su patrimonio, hay una pasión francesa por el patrimonio francés”, señala Labourdette, para quien nuestro país es también una potencia, “México es una potencia del patrimonio cultural e histórico y tiene un potencial enorme de desarrollo por su riqueza cultural cultural milenaria y por ser un lugar de encuentro de civilizaciones”.

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Afirma que aun con los cambios se mantienen los cuatro elementos constitutivos de los museos: las colecciones, que son su razón; los edificios y construcciones donde se resguardan las colecciones; los públicos que hacen suyos los museos, “nos hemos dado cuenta que el museo es un vector de democratización cultural para la sociedad”; y el discurso sobre las colecciones.

“La crisis de la pandemia modificó los elementos básicos de los museos, los edificios están vacíos, las colecciones sólo se podían ver de modo virtual, los públicos no tenían acceso a ellos y entonces el discurso científico tuvo que ser cambiado por nuevos discursos y nuevas ideas llegadas a través de Internet”, afirma la gestora para quien es fundamental lo que ella llama la patrimonialización de los objetos del pasado” que es la responsabilidad pública de los Estados.

“Solo si los monumentos y los objetos son percibidos y considerados como importantes pueden sobrevivir. Ya pudimos ver que tienen una fragilidad intrínseca muy importante y lo pudimos ver en el pasado con destrucciones provocadas por las guerras que muestran que un objeto o un monumento no se puede defender solo si no hay políticas públicas para apoyarlos en su conservación”, pero también destaca el peso y compromiso que debe tener la sociedad y el mecenazgo privado que es muy importante pero requiere medidas fiscales, “en Europa una noción muy importante actualmente es la responsabilidad social de las empresas que también puede ser cultural, pero no podría funcionar sin incentivos fiscales.

“La relación con el dinero privado tiene que ser medida con criterios éticos y de independencia de pensamiento científico que también es el garante de mantener la confianza de los públicos que visitan los museos”, asegura Labourdette.

El Encuentro que es organizado por la Cátedra Internacional Inés Amor en Gestión de la UNAM será transmitido en vivo por el canal de YouTube.

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