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Falleció el médico patólogo e inmunólogo Ruy Pérez Tamayo (8 de noviembre de 1924, Tampico, Tamaulipas - 26 de enero de 2022, Ensenada, Baja California), a los 97 años, informaron El Colegio Nacional y la Academia Mexicana de la Lengua .
“El patólogo mexicano reconocido mundialmente murió ayer miércoles 26 de enero, a los 97 años, en la ciudad de Ensenada, Baja California, en compañía de su familia”, dijo El Colegio, institución a la que ingresó el 27 de noviembre de 1980, con la lección inaugural, Un fantasma en el siglo XX, que fue contestada por el médico Jesús Kumate.
Pérez Tamayo “estudió medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México y se especializó en patología. Realizó estudios de posgrado en la Washington University, en San Louis Misouri, y se doctoró en Inmunología en el Instituto Politécnico Nacional. En 1954 fundó, en el Hospital General de México, la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México”, dijo la Academia Mexicana de la Lengua, institución en la que fue electo el 13 de noviembre de 1986 y tuvo su lectura de ingreso el 23 de abril de 1987.
Por su parte, El Colegio Nacional resaltó que a lo largo de su trayectoria, Pérez Tamayo tuvo una distinguida labor en los campos de la medicina, la divulgación científica y la filosofía de la ciencia.
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Además, “publicó más de 170 artículos científicos y 87 libros, entre títulos propios y colaboraciones, de los cuales El Colegio Nacional ha editado más de 50 títulos. Fundó y dirigió la Unidad de Patología de la Facultad de Medicina de la UNAM en el Hospital General de México. Premio Nacional de Ciencias 1974 y Premio Aída Weiss 1986, entre otros. En 2013, el presidente de la República develó su busto en la Explanada de Médicos Ilustres de la Secretaría de Salud. Ingresó a El Colegio Nacional el 27 de noviembre de 1980”, dijo El Colegio.
Fue miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y desempeñó una Cátedra Patrimonial de Excelencia Nivel I. Obtuvo el Premio Nacional de Ciencias en 1974; el Premio Luis Elizondo y el Premio Miguel Otero en 1979; el Premio Aida Weiss en 1986; el Premio Rohrer en 1988; el Premio Nacional de Historia y Filosofía de la Medicina en 1995, y la Presea José María Luis Mora en 2002. Es doctor honoris causapor varias universidades mexicanas.
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“Entre sus contribuciones pueden contarse la descripción del efecto de la metionina en la cicatrización de las heridas; describió por primera vez en México la neumonitis reumática, reticulosarcoma de partes blandas, mesotelioma pleural, amibiasis cutánea, criptococosis, enfisema bronquiolar, mesotelioma peritoneal, y señaló las características propias de nuestro medio de la aterosclerosis, los tumores del corazón y pericardio, carcinoma primario del hígado, la tuberculosis, la cirrosis intersticial difusa y el carcinoma bronquiolo-alveolar, y contribuyó en el estudio de los mecanismos humorales del hiperesplenismo, la reabsorción de la colágena y el papel de las células”, señaló El Colegio.
fjb
