Cinco años han pasado desde que lo conocí. Benjamín Mora era auxiliar de Carlos de los Cobos en el Querétaro; después de sus pininos en fuerzas básicas con el recién ascendido Tijuana, se unió como auxiliar técnico de Gallos Blancos. Había pasado poco tiempo desde su transición de la cancha a la banca, y a pesar de la preparación como entrenador que había adquirido, aún no se sentía tan cómodo desde el lado del banquillo.

Como muchos futbolistas en nuestro país, Mora nunca llegó al máximo circuito del futbol mexicano. Jugó en todas las divisiones inferiores buscando una oportunidad, misma que nunca le llegó y que apresuró su retiro de las canchas, dejando prematuramente a un lado su sueño de un día levantar una copa de campeón como jugador para convertir éste en uno distinto, uno que lo colocaría en algún lugar del mundo en el que nunca pensó estar, pero que le daría la oportunidad de concretar ese anhelado sueño: ser campeón.

Hace un año, su nombre llamó la atención. El primer medio en acercarse a él fue ESPN. Odín Ciani entrevistaba al mexicano que la estaba rompiendo en el futbol asiático y no se trataba de un jugador; hoy, un año después, Benjamín Mora vuelve a ser noticia a miles de kilómetros de distancia. Se habla de sus logros como técnico en Malasia, los cuales no hubieran llegado si se hubiese quedado en México esperando una oportunidad similar a la que el club Johor Darul Ta’zim Ie brindó.

Cuando en el futbol mexicano se registra la menor cantidad de técnicos extranjeros dirigiendo, tanto en la Liga MX como en el Ascenso MX, la falta de oportunidad no es pretexto para que Mora no se encuentre en nuestro país. La demanda es alta, son cada vez más los ex jugadores que plantean dedicarse a dirigir en su etapa posterior al profesional, sin pensar que las vacantes en las bancas son menos a las que pudieron tener en su etapa como jugadores y que no hay lugares suficientes en toda la estructura del futbol mexicano para que los jóvenes timoneles tengan esa ansiada oportunidad de dirigir, sin haber recorrido la larga y eterna escalada.

Benjamín Mora se la jugó, salió de una zona de confort; sí, la Súper Liga de Malasia no es tan competitiva como la Liga MX, pero se la jugó, triunfó y deja en claro que ha llegado el momento de plantear abrirse paso a distintos mercados en el futbol internacional.

futbol@eluniversal.com.mx

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