La lucha contra el abuso y el acoso sexuales rompió en 2017 los eslabones del silencio en la industria del entretenimiento en los Estados Unidos. No pocas actrices revelaron el dolor y la humillación de sus experiencias. Se fueron sumando y dijeron “yo también”. Surgieron luego expresiones muy importantes en otros países. El caso francés fue uno de los más destacados y polémicos.

La violencia en contra de las mujeres no se detuvo pero luego del movimiento #MeToo, agredir a alguna de nosotras puede tener implicaciones que antes no tenia. La impunidad de los agresores se generaba sobre todo gracias al miedo. La mujer temía denunciar y optaba por el silencio. En la mayoría de los casos eso sigue ocurriendo, pero movimientos como este animan a las víctimas a hablar. La posibilidad de que el maltrato se haga público, seguramente frena a más de uno.

En las semanas recientes, mujeres del Colectivo de Actrices Argentinas, han salido a la calle, a los medios y a las redes sociales para demostrar que ya no están dispuestas a que se atropelle a una sola compañera más. En ello se han empeñado luego de la acusación de Thelma Fardín por violación en contra del actor Juan Darthés de 54 años. La denuncia, interpuesta en Nicaragua, señala que fue violada por su compañero de reparto cuando ella era todavía menor de edad. Otras actrices se han sumado a la lista de acusaciones similares contra el actor. Ellas esperan que todos en su país entiendan que violar es un delito con consecuencias graves.

Unidas, actrices y activistas no han tenido temor a hablar, denunciar y defenderse. Esperan así que todos entiendan que cuando una mujer dice “no”, significa “no”.

HUERFANITO.

En México, 45 de cada 100 mujeres son víctimas de violencia en el ámbito laboral. Así lo han dicho ante encuestadores del INEGI, pero no ante las autoridades que deben investigar y sancionar estos delitos.

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