El martes 19 de junio, las fuerzas del gobierno yemení, respaldadas por la Alianza Militar Árabe, liderada por Arabia Saudita, anunciaron la captura del aeropuerto de Hodaidah, la principal ciudad portuaria sobre el Mar Rojo, después de una intensificación de los combates con las fuerzas rebeldes hutí, donde cientos de combatientes de ambas partes murieron. La coalición lanzó una gran ofensiva el miércoles pasado para expulsar a los rebeldes de la muy estratégica e importante ciudad de Hodadah, que es la entrada de las tres cuartas partes de las importaciones yemeníes de bienes comerciales y asistencia humanitaria.

La ciudad alberga a casi 600 mil personas y se encuentra a 150 kilómetros al suroeste de Saná, la capital bajo el control hutí desde 2014. La actual operación militar suscitó la preocupación de las Naciones Unidas y sus agencias humanitarias. Temen la implicación que tenga la batalla en sus esfuerzos por aliviar el sufrimiento de la población, donde 22 millones necesitan ayuda vital y 8.4 millones están al borde del hambre. Las Naciones Unidas consideran que Yemen es el lugar donde se dan las condiciones más catastróficas del mundo en la actualidad. Las fuerzas de la coalición anunciaron que están planeando una operación rápida y radical donde evitarían daños a civiles y a la infraestructura. Los informes de la ciudad indican que los hutíes se están preparando para la lucha callejera y una confrontación prolongada.

La coalición militar ve en Hodaidah una base para los ataques hutí contra las actividades marítimas internacionales en el Mar Rojo. La ruta comercial estratégica está amenazada por elementos y organizaciones teroristas. Los barcos de los Emiratos Árabes Unidos fueron atacados recientemente por los rebeldes. Los sauditas afirman que el puerto se usa para contrabandear armamentos y misiles balísticos iraníes a los hutíes, que los utilizan a diario contra las áreas pobladas sauditas. Los iraníes lo niegan, muchas veces se han revelado pruebas sobre el origen de armas tan sofisticadas.

El ministro de Asuntos Exteriores de los Emiratos, Anwar Gargache, considera que la operación actual es “esencial para romper el estancamiento en la guerra civil que de otra manera podría prolongarse durante años... Tomar el puerto significa que los hutíes ya no podrán imponer su voluntad a través del barril de un arma. Si mantenemos a Hodeidah, sus ingresos y su ubicación estratégica, la guerra durará mucho tiempo, y por lo tanto el sufrimiento del pueblo yemení”.

La coalición militar propuso anteriormente la idea de dar a las Naciones Unidas el control sobre el puerto estratégico. El enviado de la ONU a Yemen, Martin Griffith, intentó y no logró convencer a los hutíes en Saná de aceptar la propuesta para evitar que la ciudad y su población sufrieran el trágico efecto de la guerra. El ataque a Hodeidah va acompañado de un esfuerzo politico paralelo del Sr. Griffith para llegar a un compromiso político para preservar la ciudad y comenzar un proceso negociado y poner fin a la crisis yemení. Él informó al Consejo de Seguridad el lunes sobre sus planes para reanudar las negociaciones entre los partidos durante julio, considerando que hay oportunidades para obtener algunas concesiones de ambas partes para terminar con el conflicto de cuatro años.

Dominar Hodeidah sería el logro militar más grande para el gobierno internacionalmente reconocido, después de la recuperación de los cinco distritos de Yemen que estaban en manos de los rebeldes. Podría ayudar a iniciar un proceso de transición política basado en la soberanía de Yemen, los arreglos de seguridad, la revisión de la Constitución, el proceso de las elecciones y la reconciliación nacional. Se propone un consejo militar nacional para supervisar el despliegue de las unidades armadas. El enviado internacional está buscando un papel de las Naciones Unidas sobre el puerto de Hodeidah para garantizar su buen funcionamiento en los esfuerzos de asistencia de socorro y en el momento crucial para restablecer la paz en Yemen.

En este momento, el comandante general de la Guardia Revolucionaria iraní, el general Mohamed Ali Jaafari, afirmó que las milicias hutíes habían derrotado a la coalición militar en la batalla de Hodaidah y que todas las victorias logradas en Irak, Siria y el Líbano se inspiraron en la revolución islámica iraní... tal discurso revela las dificultades que se avecinan para cualquier solución política.

Habría sido posible para los yemeníes encontrar un terreno común para terminar su guerra catastrófica en el país más pobre del mundo y comenzar un proceso pacífico para reconstruir sus ciudades e infraestructuras devastadas, pero los conflictos regionales están tomando la prioridad sobre los derechos humanos y nacionales básicos, como es el caso en otros países de la región. Los hutíes son usados por Teherán en una guerra de desgaste contra sus vecinos árabes en el Golfo. Los países de la Península Arábiga no podían tolerar una presencia adversa en un país estratégico en su frontera sur. Los conflictos regionales fueron la razón del fracaso anterior en las negociaciones anteriores entre los yemeníes, ahora tienen otra oportunidad a través de las Naciones Unidas. ¿Se les permitirá encontrar la paz?

El autor fue embajador de Líbano en México entre 1999 y 2011
nouhad47@yahoo.com

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