Larry Fink es uno de los inversionistas más poderosos del mundo. Su fondo BlackRock administra tanto dinero —unos 6 billones de dólares, casi cinco veces el PIB de México— que en cuestión de segundos puede catapultar o desplomar los mercados de Wall Street o los de cualquier otra plaza financiera. Mr. Fix-it, como lo apodan por su capacidad de solucionar problemas, visitó esta semana México para reunirse con los candidatos a la Presidencia de la República.

No es para menos. Su fondo posee activos en el país que ascienden a más de 60 mil millones de dólares. Es el principal inversionista de la Bolsa Mexicana de Valores, administra proyectos de infraestructura y le acaba de comprar su negocio de fondos de inversión a CitiBanamex. Sus lazos con México y con el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, a quien ha visitado varias veces en Los Pinos, están más sólidos que nunca, pero a Wall Street ya llegó la noticia de que todo se podría “descomponer”.

La primera reunión que tuvo Fink en México fue con los principales directivos de CitiBanamex y con el presidente ejecutivo de Citi, Michael Corbat. A finales del año pasado, BlackRock se quedó con la administración de los fondos de inversión de CitiBanamex, cuyos activos suman poco más de 30 mil millones de dólares.

Sin embargo, el mayor interés del fundador y CEO de BlackRock era conocer de primera mano las impresiones de sus interlocutores con respecto a los candidatos presidenciales, especialmente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Una semana antes de la reunión plenaria de CitiBanamex en la Ciudad de México, donde estuvieron presentes AMLO, Ricardo Anaya y José Antonio Meade, el área de análisis del grupo financiero publicó un documento que presagia un futuro económico gris si el líder de Morena gana la presidencia y ejecuta sus propuestas de campaña. Los especialistas anticiparon una depreciación del peso, mayor inflación y déficit fiscal y un menor crecimiento del PIB.

Con dicha información de contexto se reunió el lunes Fink con el candidato puntero en las encuestas, quien se hizo acompañar de Alfonso Romo, su enlace con empresarios, y Carlos Urzúa, su propuesta para encabezar la Secretaria de Hacienda. El presidente ejecutivo de BlackRock fue diligente con AMLO y la mayoría del tiempo se refirió a temas generales como la fortaleza de las finanzas públicas y la estabilidad de México, la importancia de invertir en infraestructura, en innovación y en educación para fomentar el empleo. Dijo que si bien hay riesgos como la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el país tiene bases sólidas para seguir creciendo. Su expectativa, empero, es que sí se firme un acuerdo con Estados Unidos y Canadá en los próximos días.

Tras hablar con el tabasqueño por espacio de una hora, el magnate estadounidense le deslizó algunas de sus preocupaciones. Mencionó la claridad de los planes de gobierno como una medida muy importante para despejar la incertidumbre si es elegido presidente electo. Le hizo saber que, como el mayor gestor de activos del mundo, la certeza de la nueva administración, sea cual sea, será muy relevante para que el país se mantenga como “uno de los principales destinos de atracción de capitales”, y le dio un consejo: no frenar la inversión.

Finalmente, aclaró que su firma trabajará “constructivamente” con cualquier gobierno, como lo hace alrededor del mundo, sin importar las afiliaciones partidistas. Al salir de la reunión, Carlos Urzúa le dijo a Reuters que el candidato y el inversionista “hicieron clic” y salieron “encantados de la reunión”. “Fue una reunión muy afable, entre otras cosas porque Larry Fink conoce extraordinariamente bien a México y es una persona con una visión no solamente empresarial, sino social”, expuso.

Fink también se reunió con el candidato de la coalición PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya; con el del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade —a quien ya conocía por las reuniones anteriores con el gabinete del presidente Peña—, y con la candidata independiente Margarita Zavala. Con ellos la plática tuvo el denominador común de mantener la estabilidad y el desarrollo económico, pero también les hizo notar su preocupación por los resultados del proceso electoral y sus efectos sociales, políticos y económicos.

El objetivo número uno de Fink era Andrés Manuel López Obrador, quien fue advertido previo a la reunión de los estrechos lazos de BlackRock con la administración del presidente Peña, empezando por Luis Videgaray y pasando por su ex titular en México, Isaac Volin, actual director de Pemex Comercio Internacional. El ex subsecretario de Hacienda, Gerardo Rodríguez Regordosa, es a su vez el director de Mercados Emergentes de BlackRock.

Además de ser el fondo de inversión con más posiciones en empresas de la Bolsa Mexicana de Valores, con cerca de 100 mil millones de pesos, en 2015 compró 45% de la segunda fase del gasoducto de Los Ramones por 900 millones de dólares. Luego, en octubre de ese año adquirió el fondo mexicano Infraestructura Institucional, con lo cual se metió en la ambiciosa licitación de proyectos petroleros de la Ronda Uno, pues dicho fondo tiene una participación en la Oil & Gas, una de las grandes ganadoras de los concursos.

De igual forma, tiene firmado con Pemex un memorándum de entendimiento para invertir en proyectos de infraestructura energética. La asociación rindió sus primeros frutos el año pasado, con el inicio de la primera fase de desarrollo del Proyecto Golfo Centro y el Transoceánico para el transporte de gas natural.

¿Qué vino a arreglar Mr. Fix-it a México? Ya lo veremos.

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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