Sevilla.— Aunque desde la Cancillería y a través de otros actores de la nueva administración, incluido el propio Andrés Manuel López Obrador, se ha asegurado que la solicitud de perdón al gobierno español por las vejaciones ocurridas durante la Conquista y los cambios en políticas, como la turística, no tendrán efecto en las inversiones o en la relación bilateral, la realidad es que en España piensan diferente.

Un empresario mexicano con inversiones en ambos países, quien a su vez es representante de compañías de la nación ibérica en México, revela que al menos dos de sus socios piensan replantear sus inversiones en el sector turismo y de construcción, debido al cambio en las políticas y de cara a lo que podría ser una tensa relación bilateral. Los recursos en juego suman más de mil millones de dólares.

Otro representante de empresas españolas en México asegura que incluso antes de que tomara protesta como presidente Andrés Manuel López Obrador, los inversionistas europeos comenzaron a poner en revisión sus proyectos en el país y algunos se encuentran en stand-by.

En el tercer trimestre de 2018, con López Obrador como presidente electo, la Inversión Extranjera Directa de España en México se redujo 4.1%, a 2 mil 855 millones de dólares.

Según el informe Panorama de la Inversión Española en Iberoamérica, elaborado por IE Business School y presentado en enero pasado, en una escala de 5, México obtuvo una valoración de 3.46 puntos como destino atractivo para invertir, frente al 3.67 de 2018.

Esto quiere decir que, si bien el país sigue siendo muy relevante para los flujos de inversión provenientes de España, lo es un poco menos que el año pasado. “No quiere decir que ya no va a llegar inversión española a México, pero los cambios en las políticas y la incertidumbre con respecto a la relación bilateral han hecho repensar las nuevas inversiones, no las que ya estaban planeadas”, matiza el empresario, quien pide que no se mencione su nombre.

Por ejemplo, la cadena española Barceló anunció una inversión de 250 millones de dólares en su complejo de la Riviera Maya, la cual ya se tenía planeada. Pese a ello, como dimos a conocer en la columna pasada, hay otras que están paradas, como la de los hoteles Secrets de Apple Leisure Group, que dirige Alejandro Zozaya, en esa misma región.

Además del turismo, otros sectores que se mantienen a la expectativa por los cambios en las políticas y su efecto en el crecimiento económico son el energético, de construcción y servicios financieros, donde el capital español es preponderante. Iberdrola está por completar una inversión de 3 mil millones de euros en sus plantas de ciclo combinado, parques eólicos y fotovoltaicos. Es el dueño de un parque eólico en Oaxaca, el mayor generador privado de energía de México

Otras son Elecnor, con su central de ciclo combinado en Sonora, Cox que tiene un parque solar fotovoltaico, y Gamesa, como proveedor de aerogeneradores. Y también Acciona, que trabaja de la mano de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Todas estas compañías enfocadas a las energías limpias podrían verse afectadas con las nuevas políticas del sector energético, que descuelgan de la cabeza del sector, a cargo de Rocío Nahle, y bajan hacia el titular de la CFE, Manuel Bartlett, pues en sus prioridades no están las energías renovables.

En lo que hace al sector de la construcción, la inversión española tampoco está firme, pues como en el caso de la extracción de petróleo se dará prioridad a las compañías nacionales. La relación de empresas como OHL (hoy ALEATICA) con gobiernos priistas ponen en entredicho esas inversiones.

Y en el sector financiero, si bien Andrés Manuel López Obrador tiene buena relación con Ana Botín, la presidenta global de Santander, y ha asegurado que no regulará a los bancos en tres años, nada es seguro en la Cuarta Transformación.

Se estima que en los últimos 20 años la inversión española en México acumula poco más de 60 mil millones de dólares, contra cerca de 20 mil millones que los mexicanos han ejercido en el país al que Lopez Obrador le exige disculpas.

A España llegan los tentáculos de empresarios mexicanos como Carlos Slim, Antonio del Valle, Carlos Fernández, María Asunción Aramburuzabala, David Martínez, Germán Larrea, Alberto Baillères, Ernesto Tinajero, Gustavo Tomé y Valentín Diez Morodo, este último quizá el mayor promotor de la inversión española en México.

A finales del año pasado, la firma RLH Properties, cotizada en la Bolsa Mexicana de Valores y donde afores y entidades como Pensionissste tienen participación, compró el exclusivo hotel Villa Magna de Madrid por 210 millones de euros.

Una compañía con enfoque en México, de compras en España. ¿Sintomático de cómo pueden invertirse los papeles si el capital español mantiene su tendencia a la baja en el territorio nacional?

Twitter: @MarioMal
Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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