Hay dos Andrés Manueles: el que hace política a ras de tierra, frente a las masas, y el que se reúne en foros privados con empresarios, periodistas y otros representantes de la sociedad. El primero es donde se siente más cómodo y sus palabras son más críticas. El segundo es más moderado y aunque suele mantener su discurso, también da pinceladas de su personalidad y de los planes que tiene como próximo presidente de México.

Andrés Manuel López Obrador acudió a un evento privado de Televisa el viernes pasado. Lo acompañaron Olga Sánchez Cordero, la próxima secretaria de Gobernación; Carlos Urzúa, el futuro secretario de Hacienda; Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno electa de la CDMX, y Mario Delgado, el coordinador de los legisladores de Morena en la Cámara de Diputados.

La periodista Denise Maerker lo entrevistó por espacio de 25 minutos. En el evento estaban, además del trío fantástico de la televisora: Emilio Azcárraga, Bernardo Gómez y Alfonso de Angoitia, empresarios como Alberto Torrado, de Alsea; Daniel Servitje, de Bimbo; Rodrigo Herrera, de Genomma Lab; Juan Domingo Beckmann, de Cuervo; Carlos Bremer, de Value Grupo Financiero; Alejandro Baillères, de Grupo Bal; y Arturo Elías Ayub, de América Móvil.

Lo primero a lo que hizo referencia el presidente electo fue al periodo de transición que está viviendo. Dijo que se han logrado cosas importantes en conjunto con el actual gobierno de Enrique Peña Nieto, como la renegociación del acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. Reconoció que hubo momentos en los que se trabó la negociación, principalmente por el tema energético, y reveló que su equipo y el presidente Donald Trump, directamente, terminaron de resolverlo. “Lo consultamos y dijo que se hiciera lo que nosotros estábamos pidiendo”, comentó AMLO.

Sobre el tema que ha marcado la agenda nacional en las últimas semanas, el del nuevo aeropuerto, dijo que está en juego la autoridad del Estado y el desgaste de la figura del presidente. “Tomar una decisión así, sin consultar, expone al presidente, lo debilita frente a los ciudadanos. El poder dimana del pueblo y siempre hay que estar recogiendo los sentimientos de la gente. Lo mejor es consultar. Se va a buscar la opción menos mala, porque arrancó mal en los dos sentidos. Que todos participemos y que se asuma la decisión del pueblo, a veces se menosprecia a la gente, ellos saben lo que conviene y lo que no. Se piensa que la economía es de los economistas y la política de los políticos, no es así”.

López Obrador mencionó que la autoridad moral es lo más importante y que por ello van a actuar con integridad en esta primera consulta ciudadana. “No vamos a hacer un fraude, meterse a hacer una consulta amañada sería un suicidio político”, dijo.

Reconoció, sin embargo, que los ánimos están calientes por la decisión y por la metodología de la consulta. “Hay quienes votaron tres o cuatro veces, sí, puedes votar varias veces pero no hay trampa, no nos vamos a prestar a eso. No hay la intención de burlarse de los ciudadanos, queremos que la gente se exprese. Como no ha habido democracia, no tenemos cultura democrática, tenemos que empezar por eso. Para no equivocarnos, lo mejor es preguntar”.

Reiteró que, pese a lo que se diga, están mandando señales de confianza a los empresarios e inversionistas del proyecto, porque, en caso de que se resolviera por Santa Lucía, “se van a respetar los contratos, pueden hacer los mismos volúmenes en otro lado”.

“Las empresas se han portado bien, han actuado con responsabilidad, pues no dudo que tengan preocupación. Los inversionistas tampoco tienen problema, los bonos están garantizados por el impuesto en los aeropuertos. Por otro lado está la preocupación de los ambientalistas. Hacer el aeropuerto en Texcoco significa disecar un lago, el Nabor Carrillo, porque no pueden estar las aves; ese lago que se construyó hace muchos años con mucha inversión. Ahora resulta que hay que quitarle el agua y convertirlo en una especie de coladera de aguas negras”, expresó.

Andrés Manuel López Obrador reconoció la importancia de la inversión extranjera y nacional para hacer crecer la economía a tasas de 4%.

Por otro lado, dijo que para él ser presidente de México es una satisfacción muy grande que requiere una entrega total a la causa. “Es un desafío, porque estamos hablando de la cuarta transformación de la vida pública del país, vamos a erradicar el régimen corrupto. Hace falta esta transformación. Eso es lo que me apasiona y desafía”.

Para los que apuestan a que el gobierno entrante no va a cumplir los compromisos de campaña, dijo que ellos creen que sí, sin aumentar impuestos en términos reales, sin crear nuevos, sin gasolinazos y sin endeudar al país. “Cómo le vamos a hacer: erradicando la corrupción, que es el origen de todos los males del país. La corrupción imperante. Y vamos a hacer un gobierno austero, sin lujos, eso va a liberar fondos para el desarrollo”.

Concluyó su participación con una autocrítica: “Muchos no comparten nuestros puntos de vista, se vale criticar, no puede haber pensamiento únicos, queremos construir una verdadera democracia. Por encima de todo está el interés de nuestro querido México. Le tengo mucho respeto a Televisa, porque es una empresa mexicana y queremos ser muy universales, pero también muy mexicanos, porque nuestro vino aunque esté agrio es nuestro vino”.

Twitter: @MarioMal Correo: mario.maldonado.padilla@gmail.com

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