Corría el año de 1991 y acompañé a mi tío Manuel al Museo Nacional de Arte (MUNAL) al coctel de inauguración de la muestra Los pinceles de la historia. El origen del reino de la Nueva España, 1680-1750; entrando a la sala donde se llevaba a cabo dicho coctel y exposición, en un lugar muy principal se encontraba una pintura que mi tío había prestado para la exhibición, se trataba de un óleo sobre tela de 110 x 70 cms representando El encuentro de Cortés y Moctezuma, obra no firmada del Siglo XVIII.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

El encuentro de Cortés y Moctezuma. México. Óleo sobre tela

Mi tío Manuel, un gran coleccionista, comprador de objetos, pinturas y chácharas sobre todo mexicano de los siglos XVI, XVII y XVIII, contaba en su colección con piezas y obras maravillosas y con muy buen gusto colocadas en su casa, también se dedicaba a pintar y restaurar algunas de las obras que compraba. Murió mi tío Manuel y a finales del 2017 realizamos una subasta de algunos de los objetos y pinturas de su herencia. Dentro de las piezas que recibimos para subastar venía el óleo sobre tela representando El encuentro de Cortés y Moctezuma que fue expuesto en el MUNAL en 1991, y al que acompañé a mi tío a la inauguración de la exposición. Por la calidad de la obra y por el tema se decidió que fuera la portada y se le dieron cuatro páginas dentro del catálogo con textos referentes a la pintura que a continuación transcribo:

“Apeose Cortés de su cavallo,
Y a Moctezuma se llego humillado,
Y alegre se acerco para abrazallo,
Como era entre nosotros tan usado:
Fueron los que lo llevan a estorvallo,
Por ser aquel señor jamas tocado,
El les mandó que aquello, se dexasse,
Y que Cortés a el luego llegase.
Y puesta la una mano en la espalda,
Con la otra le abrazo muy amoroso.”
 

-Antonio de Saavedra y Guzmán. El peregrino indiano (1599)

“Existen muchas representaciones de este famoso abrazo. Uno de los más célebres quizá sea el biombo de Juan Correa en el que se ven representados ambos personajes seguidos por sus respectivos cortejos, el conquistador a caballo y el emperador llevado en andas por miembros de su corte. Así es como muchos imaginamos el encuentro, observando desde lejos el evento lleno de formalidad. Sin embargo, en la obra que aquí presentamos, que es un lienzo anónimo del siglo XVIII, vemos una escena mucho más íntima, un acercamiento que nos hace sentir partícipes del encuentro y miembros de la comitiva. Cortés se acerca para abrazar a Moctezuma que lo mira melancólicamente, quizá preocupado por los presagios que lo atormentaban. Las crónicas cuentan que Cortés se acercó para abrazarlo en señal de fraternidad y que algunos miembros del séquito quisieron detenerlo ya que estaba prohibido tocar –incluso mirar directamente a los ojos– al huey tlatoani de la gran Tenochtitlán. El brillante estratega parece acercarse con inocencia, mientras un brazo protector intenta cubrir al gobernante mexica. Al final fue Moctezuma quien decidió acceder al abrazo, en un acto sin precedentes. Podemos ver aquí que los nobles indígenas los miran con desconfianza y los españoles con curiosidad. Una guirnalda de flores enmarca la escena, matizando la fiesta del momento histórico.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Juan Correa. El encuentro de Cortés y Moctezuma (detalle). Óleo sobre tela. Biombo

Jaime Cuadriello se pregunta en su ensayo sobre las alegorías de la fundación de la Nueva España, si no evoca este abrazo a las pinturas del Beso de Judas, quien con ese gesto traicionó a Cristo. Al final concluye que en este caso la escena es festiva y vindicatoria. Tal vez después vinieran muchas batallas violentas, pero por un momento al menos, el encuentro de las dos culturas pudo hacerse en paz.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Juan Correa. El encuentro de Cortés y Moctezuma (detalle). Óleo sobre tela. Biombo

Lo interesante de esta alegoría de la fundación de la Nueva España es que se centra en el momento en el que ambos mundos intentaron comprenderse por un medio que no fuera la violencia. El abrazo probablemente fue creado con la intención de reconciliar a los dos orígenes culturales del mestizaje novohispano, celebrando aquel primer encuentro sui géneris”.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Luca Giordano. El beso de Judas. Óleo sobre lámina de cobre.

Esto es lo que traía el catálogo como referencia, además de mencionar que la obra formó parte de la exposición “Los pinceles de la historia”. Y aparece publicada en el catálogo: Soler, Frost, Jaime (coordinador editorial). Los pinceles de la historia: el origen del reino de la Nueva España, 1680-1750. Museo Nacional de Arte. Instituto Nacional de Bellas Artes. México, 1991 (aparece en la portada y en la página 80).

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Giotto. El beso de Judas. Fresco

Pues bien, con todas estas referencias escritas y habiendo sido exhibida, vista por especialistas, expertos y coleccionistas en el MUNAL se procedió, como mencioné al principio de este artículo, a darle la portada del catálogo, así como un trato relevante dentro del mismo.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Cornelis Engebrechtsz. El beso de Judas

La exhibición previa a la subasta fue muy visitada y como sucede en muchas ocasiones a las casas subastadoras, y nosotros no somos la excepción, llegó información relevante sobre la pintura de El encuentro de Cortés y Moctezuma que ya estaba en la portada del catálogo impreso, donde nos informaban que la obra se trata de una intervención sobre un lienzo de lino del siglo XVIII, cuyo tema plástico es el Beso de Judas a Jesús, observado y testificado por los apóstoles. Inmediatamente se hizo una fe de erratas explicando la nueva información con la que contábamos.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

Anónimo. Siglo XVII. Encuentro de Cortés y Moctezuma

La obra alcanzó un precio de martillo de $880,000 más premium. ¿Se hubiera vendido más alta sin la información que previo al encuentro había sido una pintura con otro tema completamente de otra época? Nunca lo sabremos, pero aquí habría que admirar el ingenio de quien realizó tan atrevida intervención, el haber imaginado a Jesús como Moctezuma y a Judas transformarlo en Cortés, se necesita imaginación y destreza para lograr que la escena pase de bíblica a histórica incluyendo a los Apóstoles que pasan a ser miembros de las huestes tanto de Moctezuma como de Cortés. ¡Qué sorpresa! y debo decir que más vendible El encuentro de Cortés y Moctezuma que el del Beso de Judas.

Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas
Hernán Cortés, Moctezuma y Jesús y Judas

El beso de Judas. México, S. XVII - XVIII. Óleo sobre tela

Al escribir estas líneas leo como una pintura “al estilo de Sandro Botticelli (c. 1445-1510) en la Casa de Subastas Shuler de Zúrich con estimados de 5,000 a 7,000 francos suizos se vende en 6.4 millones de francos suizos (5.1 millones de libras), cantidad de secretos que guardan las pinturas y objetos que, si pudieran hablar, todo lo que nos contarían…

***Fotografía principal: Juan Correa. El encuentro de Cortés y Moctezuma. Óleo sobre tela. Biombo

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