Esperando la cuarta transformación que muchos en el barrio bravo esperan no sea de quinta y luchando contra la maldición del “año de Hidalgo”, que tiene fecha de caducidad hasta el 1 de diciembre, en el mismo lugar de siempre, donde puede caminar Juan Villoro, sin escolta, en busca de mangas japoneses y discos compactos tipo mini LP en versión de réplicas a imagen y semejanza de los originales, a precios más que de competencia, para combatir el abuso. Sólo es cuestión de caminar.

En ese territorio que parece tierra de nadie, pero que no lo es, en donde ya muchos saben con quién esperar lo inesperado, es que esta semana se asoman varios artistas con sus nuevas producciones, entre ellas el nuevo álbum de McCartney (Egypt station), el Trench de los Twenty One Pilots; el Blood red roses, del Pájaro Loco Rod Stewart, los de la para muchos sobrevalorada Mon Laferte y, en la sección de nostalgia tres antológicos: Closer, Unknow pleasures y el Still, de Joy Division, en cuidadas ediciones donde sus creadores piden anonimato con el Jesús Carranza, a media calle, en la boca.

También circulan en ambos sentidos algunas ediciones especiales de los a punto de la gira del adiós, Kiss (en algo que muchos afirman durará hasta que el cuerpo aguante. O sea, mínimo cinco años). Mientras tanto está disponible el Kiss alive, con sus directos más representativos en el orden de los cuatro compactos, más un The best of…, armado por expertos. En ese mismo tenor está el The many faces of… Joy Division, que se complementa con los ya antes citados, lo mismo que un triple de Morrissey titulado The HMV Parlophone singles 88’95.

Como nadie le hace el feo a la producción de rock nacional, se puede localizar el Universo paraíso, de Los Daniels, igual que otros títulos recientes de Molotov, Botella y Café (adulterado) Tacvba. En cuanto al rock, pop, metal y progresivo que no le digan, que no le cuenten, lo mejor está en los DVD de Decibel, en la calle de mi Matamoros querido (Rigo Tovar dixit), que presume el John Fogerty (The Concert at the Royal Albert Hall), Lynnyrd Skynyrd (Freebird: The move), un The Big Bands (que rezuma rocanrol); el Elvis on tour (in multiple screen) más un progresivo de Jane y uno de Freddy Fender.

Pura calidad en imagen y sonido en incontenibles como incandescentes conciertos de Camel, Sky, Marillion, sir Paul, Bryan Adams, The Cars, ZZ Top, Clapton, Hollies, Heaven & Hell (Neon Nights), ELO, Rainbow, Kiss Monster, Pallas, Uriah Heep, Foreigner, Zombies, Walter Trout y, que se sepa, a nadie le dan pan untado de rock, que llore.

Y lo mejor: se atienden pedidos con base en las listas de Spotify que presumen más de 30 millones de canciones, álbumes completos, discos alternativos, (re) mixes, nuevas ediciones remasterizadas, conexiones con álbumes prácticamente imposibles de conseguir aquí, ejemplares de todo el mundo y encuentros cercanos del tercero, cuarto y quinto tipo auditivo, a los que nunca le ha puesto atención el contingente de papanatas que operan en las disqueras casi a punto de la extinción, con muy pocas excepciones.

Por último en plan de marketing alternativo de estos parientes cercanos de Ryan Fitzpatrick, incluye el lanzamiento ya próximo del Álbum blanco de The Beatles, ofreciendo varios discos con tomas alternas, y extras más. Hay que estar pendientes y comparar precios.

pepenavar60@gmail.com

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