El Pachuca tiene el cuarto valor más alto del mercado en el futbol mexicano. Solamente los equipos de Monterrey y Xolos tienen, según Transfermarkt, una cotización más alta. La directiva encabezada por Jesús Martínez tiene a 11 jugadores foráneos en una plantilla con valor de mercado de 49 millones 500 mil dólares, cantidad nada despreciable para que hayan quedado fuera de la Liguilla en un torneo donde clasifica 47% de los equipos participantes.

Un rotundo fracaso para el Pachuca, que formó un equipo para competir en el Mundial de Clubes y que entrega una enorme interrogante después de 16 partidos en la liga. Tienen a mexicanos cotizados en precios de estrellas, como Érick Gutiérrez y Jorge Hernández, quienes —según este mismo sitio de internet—, valen 5.8 y 4.1 millones de dólares, respectivamente.

Los Tuzos se suman a dos proyectos fallidos en lo que va del torneo: Pumas y Chivas.

De los universitarios se veía venir por la pésima planificación de temporada que realizaron. Además de contar con bajos presupuestos, que no ayudan en la elaboración de un equipo que pueda competir con los “ricos” de la liga, aunque el valor de la actual plantilla no esté tan lejano a los de arriba. Son 30.4 millones de dólares y están en el lugar 12 de 18 equipos. Es decir, una diferencia entre 10 o 12 millones. Su jugador mejor cotizado es Nicolás Castillo, en 4.1 mdd. Cartuchos quemados como Joffre Guerrón, Mauro Formica y futbolistas que sin el proceso adecuado se les vio en Primera División, son los motivos del rotundo fracaso universitario. Rodrigo Ares de Parga confió en Francisco Palencia, un entrenador lejano a lo que este equipo necesitaba, y los resultados fueron contundentes. Combinación letal de desconocimiento y falta de talento.

Una lástima para los Pumas, que ya rompieron la delgada línea entre los reclamos de sus seguidores en la tribuna a las mentadas de madre directas en el campo de entrenamiento, un hecho sin precedentes en el futbol mexicano y que desprende una alarma generalizada.

Y de Chivas, para los que saben leer entre líneas, lo dicho por Matías Almeyda al finalizar el Clásico tapatío sonó a despedida. No está a gusto y, aunque su directivo tuitero esté muy apenado con el dueño (se notó cuando vistió del Atlante al ser eliminados de la Copa antes de declarar algo sobre el equipo), hay un evidente rompimiento que puede adelantar la salida del entrenador que hizo tanto por este equipo. Pero donde se muestra la crisis del Guadalajara es que están más preocupados por vetar a medios de comunicación que en tratar de solucionar los problemas futbolísticos. El CEO afirma que no fue el que ordenó el veto a Grupo Reforma y explica que tampoco fue Jorge Vergara; Almeyda también se deslinda en su Twitter, entonces ¿hay alguien más importante que ellos en la institución? Raro ¿no?

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