El futbol mexicano está descompuesto. No se atreven a arreglarlo y, en vez de profundizar en los reales problemas, los dejan continuar como si no pasara nada. La jornada anterior tuvo la pésima aplicación de los procedimientos en el VAR y la horrenda decisión de un árbitro que “inventa” lo que simplemente vieron todos.

La revisión de dos jugadas por parte de Fernando Guerrero , ninguna con los argumentos para marcar penalti, fueron las gotas que derramaron el vaso en el arbitraje mexicano. Podrán permitir todo en la Comisión de Arbitraje, menos inventar, algo que sucedió en el estadio de los Rayados. Tampoco se podría asegurar que el dramático y patético arbitraje fue tendencioso para favorecer a algún equipo, ya que la afectación fue para ambos.

Arturo Brizo

tiene un verdadero lío entre sus manos, que debe resolver rápido. Hace unos días, señaló a Jorge Antonio Pérez Durán, algo que debe llevar a hacerlo también con Guerrero o a quien se equivoque. Seguramente, no pasará y será una semana sin protagonismo en conferencias de prensa en las que no se dice nada.

Pero, además de los líos que tienen con el VAR , su entendimiento y aplicación, la falta de autonomía en la colocación estratégica de cámaras en los estadios y los inventos de los árbitros, súmenle que la cabina donde colocan el monitor para la revisión está a la vista de los entrenadores y, mientras no esté reglamentado que no pueden verlo, tampoco pueden aplicar castigo a los directores técnicos “chismosos” que, de una forma natural, voltean a ver la jugada en cuestión, como sucedió con Miguel Herrera y la supuesta mano de Bruno Valdez que a la postre se marcó como penalti.

Nada costaría que el árbitro fuera a otro lado, no a la cueva del lobo a revisar las jugadas. ¿Por qué no instalarlo lejos de las bancas? Es cuestión de poner más fibra óptica y darle mayor tranquilidad a los silbantes para la toma de decisión, sin presiones. Es responsabilidad de la Comisión de Arbitraje la protección a sus árbitros y no hay estadio en donde se aplique ese concepto. Ahora bien, si quieren mantener al VAR en el centro del campo, en medio de las bancas, entonces que lo hagan a manera de cabina, que no pueda entrar nadie más que el silbante. Evitarían imágenes como la del sábado.

No funciona el VAR, no se atreverán a decirlo, pero mientras los árbitros tengan ese exagerado protagonismo, y —sobre todo— el querer entregar una imagen de que nunca se equivocan, seguirán haciendo ridículos, como los de Guadalajara y Monterrey. Son el hazmerreír y parece que no hacen algo para evitarlo.

Entre el VAR y la histeria de varios personajes, se marcó el fin de semana en la Liga MX . ¿A poco no es de colección lo que dijo Pedro Caixinha? “Me vale madres lo que ustedes digan, me entra por un lado y me sale por el otro”, refiriéndose a los medios de comunicación. Claro que si así fuera, ni se tomaría la molestia de decirlo en su conferencia de prensa. Esto debería ser un motivo para castigarlo internamente, pero esta directiva flácida ha permitido peores cosas. El portugués está desesperado y sin argumentos; por eso, sus absurdos y corrientes insultos.

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