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Texto: José Antonio Sandoval Escámez
Una de las elecciones que más despertó interés, no solo en la capital de México, sino en toda la República, fue la que sucedió el 7 de julio de 1940 entre el candidato oficialista el general Manuel Ávila Camacho del Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y el opositor el general Juan Andreu Almazán del Partido Revolucionario de Unificación Nacional (PRUN). Una contienda que pasó de los insultos y subió de tono a los golpes entre los bandos “avilacamachista” y “almazanistas” que escaló hasta los balazos en las casillas de la Ciudad de México y de otras ciudades dentro de país.
Previo a la contienda electoral de julio de 1940, ambos bandos, almazanistas y avilacamachistas, habían hecho declaraciones en sendos desplegados del periódico, donde los insultos y las calumnias de unos a otros fueron subiendo de tono, incluso el mismo día de las elecciones; muy distinto del actual proceso de elecciones que prohíbe el proselitismo el mismo día de las votaciones, incluso varios las campañas terminan tres días antes de las elecciones.
A diferencia de las elecciones actuales, donde se hace un proceso de selección de funcionarios de casillas, en las cuales los hombres y mujeres que hacen el conteo son gente de la sociedad civil, en 1940 el partido que llegaba primero al lugar donde se instalaría una casilla sería el que la controlaría y haría el conteo de los sufragios. En las crónicas periodísticas del día posterior a las votaciones, se menciona que por las calles de la ciudad circulaban muchos autos, tanto privados como de alquiler, llenos de hombres dirigiéndose a las casillas para ganarlas.
Como era de esperarse, los dos bandos pelearon por el control de las casillas, incluso cuando un grupo de almazanistas ya tenía una casilla funcionando por su gente, llegaba otro grupo de avilacamachistas y comenzaba la pelea, es en estos momentos cuando los ánimos se caldeaban y de los insultos se pasaba a los golpes y se llegaba a los balazos, lo que provocaba heridos e incluso muertos.
EL UNIVERSAL destacó la cifra roja de las elecciones de 1940 en la Ciudad de México, siendo 21 muertos y doscientos seis heridos el saldo sangriento a lo largo de toda la capital, enfatizando que los incidentes “más graves se registraron en la Avenida del Cinco de Mayo, en la Avenida Juárez, frente al Correo”.
Se resalta la muerte del ex director de Correos y Telégrafos, el coronel Vicente Obregón Miranda, cercano al general Almazán y uno de sus ayudantes durante la campaña presidencial; también murió el general brigadier Melchor González “a quien se le identificó por una credencial que llevaba” cuenta la crónica de EL UNIVERSAL.
Desde la noche anterior los ánimos entre los dos grupos indicaban que habría incidentes, por lo que la policía mantuvo a sus efectivos acuartelados para responder rápidamente a cualquier incidente en alguna de las 224 casillas.
El mayor de estos incidentes se dio en la Avenida Cinco de Mayo, según relata EL UNIVERSAL, ya que “fue en la tarde, después de las 18 horas, con un saldo de dos muertos y más de quince lesionados, pues los soldados que tenían a su cargo evitar que el Zócalo fuera invadido por numerosos grupos que iban a efectuar un mitin, hicieron fuego sobre los manifestantes”, aunque no se menciona a que grupo atacaron, es muy probable que fueran “almazanistas” por ser los opositores.
Pero no solo se registraron incidentes sangrientos en la capital de la República, también en los estados hubo varios que EL UNIVERSAL consignó en su crónica, como el de Puebla capital donde se registraron cuatro personas muertas y doce lesionadas “de más o menos gravedad”, o en Ciudad Lerdo, Durango, donde “hubo pedradas que resultaron en varios lesionados”.
A pesar de los incidentes violentos, el presidente Lázaro Cárdenas hizo un recorrido por varias casillas, la crónica menciona que fueron más de doscientos kilómetros los que recorrió el presidente antes de regresar a Los Pinos, en donde declaró lo siguiente “Lo que más me satisface es que el pueblo ha podido esta vez ir a votar libremente a las casillas y que se han despertado en él verdaderos sentimientos cívicos. Eso es lo importante".
Tras estas elecciones, el candidato oficialistas del PRM, el general Manuel Ávila Camacho gano por un abrumador 93.9% mientras que Juan Andreu Almazán sólo obtuvo el 5.7% de la votación, con lo que el 1 de diciembre de 1940 Ávila Camacho tomó protesta como presidente de los Estados Unidos Mexicanos.
La fotografía principal es el momento de la toma de protesta del general Manuel Ávila Camacho, ante el Congreso de la Unión, como presidente de la República; en el círculo superior el presidente saliente Lázaro Cárdenas del Río, felicita y abraza al presidente Ávila Camacho.
Fuentes:
EL UNIVERSAL 1 al 12 de julio de 1940.