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Las autoridades sanitarias libran una batalla silenciosa contra un depredador de unos cuantos milímetros, el mosquito del dengue. Hasta el 25 de agosto, los casos confirmados por dengue han aumentado 312% (que representa 10 mil 211 casos), en comparación con el mismo periodo del año pasado, pero los funcionarios de Salud aseguran que es un brote promedio y no de alarma. Este repunte coincide con la falta de compra de insecticidas, esenciales para prevenir la propagación del virus, por parte del gobierno federal, durante sus primeros ocho meses de gestión.

Las hembras del mosquito Aedes aegipty son las responsables de transmitir el virus, que tiene el potencial de ser mortífero; la especie es endémica de zonas tropicales y subtropicales. De acuerdo con la Secretaría de Salud, en su último Informe Semanal de Vigilancia Epidemiológica, hasta la semana 34, se habían confirmado 10 mil 211 casos, de los cuales 3 mil 253 fueron considerados como “dengue grave”. Mientras que en 2018, para la misma semana, se habían confirmado 3 mil 196 y mil 560 como graves.

Los estados con mayor incidencia de casos confirmados son Veracruz, Quintana Roo, Chiapas y Jalisco. Aunque el brote de infecciones por dengue podría ser aun mayor, pues hay quienes presentan síntomas leves y no se atienden, quienes prefieren acudir a clínicas privadas, o personas que al residir en zonas rurales no tienen cobertura médica, y los casos no se registran.

“Es muy importante considerar que la Secretaría sólo verifica por laboratorio el 5% de los casos. Los números reales son mucho más altos, lo que pasa es que, por diferentes factores, es muy complicado para la Secretaría confirmar el 100% en todo el país”, apunta la doctora Rosa María del Ángel, del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular del Cinvestav, quien realiza nuevas investigaciones sobre antivirales con el objetivo de ayudar en el tratamiento de pacientes, pues hoy a los infectados sólo se les da medicamentos para los síntomas, como paracetamol.

¿En el rango esperado? Para el director general del Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece), el doctor Ruy López Ridaura, el repunte de 312% no es un brote drástico, sino que es un incremento que ya pronosticaban, “un poco por arriba del promedio, pero en el rango esperado”, dice. Explica que las enfermedades infecciosas dependen, en gran parte, de las condiciones climatológicas y que no es ideal compararlo con la misma semana del año previo, porque las condiciones no siempre son similares.

“El dengue tiene ciclos donde hay un resurgimiento de casos, que pueden ser cada tres o cuatro años. Llevábamos varios años de poco potencial epidémico, y sí, esperábamos un repunte en 2019. Lo que hemos hecho es compararlo con los últimos cinco o siete años, nos ayuda más a entender el espectro del brote”, señala el doctor López Ridaura.

Al preguntarle a la doctora María del Ángel sobre los casos de dengue en 2019 reitera que “el dengue causa brotes cíclicos. En este momento puede coincidir con un pico, pero registrar el triple de casos me parece un número más alto a lo que podríamos esperar del promedio o de un ‘brote normal’. Habrá que revisar las labores de fumigación, que no se haya bajado la guardia y, de ser así, reforzarlas porque todavía estamos en épocas de lluvia”, puntualiza.

Se disparan 312% casos de dengue y durante ocho meses gobierno no compró insecticida
Se disparan 312% casos de dengue y durante ocho meses gobierno no compró insecticida
Se disparan 312% casos de dengue y durante ocho meses gobierno no compró insecticida
Se disparan 312% casos de dengue y durante ocho meses gobierno no compró insecticida

El director de Cenaprece justifica que, a pesar de que se tardaron ocho meses en comprar insecticidas, “hubo fumigaciones y control vectorial en todo lo que va del año. Tenemos la evidencia del uso de insecticidas con fuentes estatales”. Señala que durante ese lapso, “los estados compraron (insecticidas). Además, ellos inician el año con la reserva de lo que les quedó anteriormente. A nivel estatal hay un presupuesto de 600 millones de pesos en insecticidas, mientras que los 192 millones de Cenaprece se utilizan para fortalecer o focalizar los programas de fumigación”, dice el funcionario.

El pasado 25 de junio, Mexicanos Contra la Corrupción documentó que en el municipio de Lerdo de Tejada, Veracruz, una de las localidades con mayor proliferación de dengue en el país, sólo se había fumigado en dos ocasiones. Recabaron que “el municipio de Lerdo de Tejada ofreció a las autoridades estatales pagar el combustible de los vehículos que se utilizan para trasladar personal y equipo técnico requerido, sin embargo, aún así, sólo en dos ocasiones han logrado que acudan las brigadas estatales de fumigación”.

—¿Con qué periodicidad fumigan en Lerdo de Tejada? —se le cuestionó al director de Cenaprece.

—No tenemos un plan a priori de fumigación para cada localidad sino lo que se vaya encontrando tanto en casos de criaderos, de la entomovigilancia y la vigilancia de las ovitrampas. Cuándo fue la última vez que se fumigó o cómo están las fumigaciones actuales en esa localidad, no tengo el dato. Sé que están en activo porque lo tengo como localidad prioritaria.

El Cenaprece aceptó compartir un reporte de las actividades semanales de fumigación que se han realizado en el país, pero al cierre de esta edición no se recibió.

Cambio climático. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, en América Latina y el Caribe los casos por dengue han aumentando. Al menos 2 millones de personas han contraído este virus en lo que va del año, y un factor que ha contribuido a este incremento es la crisis climática.

“El cambio climático tiene mucha relevancia porque, en general, este mosquito crece en zonas cálidas y lo que está pasando es que estas regiones van en aumento. Además, estos organismos se adaptan; normalmente no viven a más de mil 800 metros sobre el nivel del mar, por eso en la Ciudad de México (2 mil 200 metros sobre el nivel del mar) estamos tan tranquilos, pero ya se ha registrado la presencia de este mosquito en alturas mayores a las que acostumbra. Esto no quiere decir que mañana vaya a llegar a la ciudad, pero sí que en un momento logre adaptarse”, dice la doctora Rosa María del Ángel.

Con relación a estas circunstancias, el doctor Jorge Falcón Lezama recuerda que “los brotes explosivos pueden saturar los servicios de salud tanto los de primer nivel, los centros de salud a los que la gente acude como primer contacto, hasta saturar los hospitales. No sólo puede pasar en México, ya ha ocurrido en distintos países”.

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