En 2007, al interior del Comité de Competitividad y Tecnología del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), comenzamos a investigar el impacto en los negocios de la adopción de mejores prácticas gerenciales y tecnología que hoy denominamos transformación digital. Ahora hemos actualizado la investigación, misma que se desprende de diversas entrevistas realizadas durante los últimos años en más de 300 organizaciones, pertenecientes al grupo de las mil 500 organizaciones más grandes del país.

Dicho avance de transformación digital se evalúa con un índice general promedio compuesto de cinco subíndices, y medidos en escala del 1 a 10:

1) Liderazgo: Tener un plan integral de transformación digital, tener un funcionario líder que coordine a todos, y contar con los debidos mecanismos de gobernanza.

2) Orientación a la nube: Descansar en la operación de nube pública y privada e interconectar y balancear las cargas entre ellas —o sea, descansar en nube híbrida.

3) Adopción de metodologías para ejecutar estrategias: Enriquecer continuamente la experiencia del cliente y del empleado a través de todos los canales digitales (omnicanalidad); diseñar un modelo integral de datos y asegurar su integridad (gobernanza de datos); desarrollar una arquitectura de microservicios de soluciones integradas por interfases (APIs de sus siglas en inglés); desarrollar mejoras y software de manera ágil y continua (metodologías como Agile y DevOps); y, delegar la toma de decisiones permitiendo que sus colaboradores innoven y experimenten,  desatando un proceso de aprendizaje rápido y continuo (organizaciones abiertas).

4) Aprovechar las innovaciones digitales más relevantes a su estrategia: Aprovechar tecnologías tales como analítica y ciencia de datos, Internet de las Cosas (IoT), servicios en la nube, movilidad (Apps y/o servicios digitales), manufactura aditiva (impresión 3D), realidad virtual/realidad ampliada e Inteligencia Artificial/Machine Learning.

5) Asignar un porcentaje alto de su presupuesto total de TIC al desarrollo de nuevas cosas e innovar.

Encontramos que 25% de las organizaciones más avanzadas cuentan con un índice general de 7.5, en escala del 1 a 10, mientras que el promedio general apenas alcanza 5. Significa que las organizaciones avanzadas tienen un amplio margen de mejora y que el resto son organizaciones sumamente rezagadas. El problema es que este rezago merma la capacidad de generar riqueza de las empresas y, por ende, el crecimiento de nuestra economía.

La correlación entre transformación digital y rentabilidad de los negocios ha sido demostrada por múltiples estudios internacionales y el nuestro no es la excepción. Las organizaciones avanzadas alcanzan una rentabilidad 17% mayor que las rezagadas. Mientras que las avanzadas logran un promedio de 8.3 de rentabilidad en escala de 1 a 10, las rezagadas logran solo 6.6.

Existen diferencias sectoriales en el avance y el impacto de la transformación digital. Los sectores más adelantados tales como comercio, finanzas y seguros, rebasan 9 de rentabilidad. Por otro lado, la industria y los servicios logran alrededor de 8. Independientemente de su sector, las organizaciones que han avanzado más en su transformación digital mejoran significativamente su desempeño.

Con estos resultados se comprende que la tecnología no es un fin sino es un medio para impulsar la rentabilidad de los negocios.

Expresidente del Comité Técnico Nacional de Competitividad y Tecnología del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF)

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