Por: Víctor Manuel Torres Pérez

Si bien parte de la función del director es elegir en qué negocios invertir, cómo diseñar propuestas de valor, y ejecutar modelos de negocio, también es responsabilidad de la Dirección el “hacer que las cosas sucedan”, y ahí es donde entra todo un capítulo de herramientas de gestión y de control directivo ante entornos de alta incertidumbre y cambio.

Como empresario o como director no solo estás analizando las oportunidades del mercado o la propuesta, también tienes que hacer un gran análisis de cómo vas a gestionar cada tipo de negocio.

Como ejemplo, los empresarios han tenido esta capacidad de gestionar en paralelo negocios tradicionales y de corte tecnológico. Y desde luego, a nivel de gestión y control estratégico hay que aprender a hacer ajustes entre la definición de propósitos en los negocios tecnológicos y en los tradicionales.

Hoy muchos empresarios tradicionales exitosos pueden empezar a ver de manera mucho más seria a negocios en entornos digitales, que son los que están haciendo posible a las empresas mantenerse y consolidarse en entornos más dinámicos, y si a eso agregamos que tengan un impacto social, esto hace la mancuerna perfecta.

Una gran oportunidad que tienen los empresarios en este año de cambios en lo político y económico es aprender a ser más adaptables, estas transformaciones tan radicales requieren de las organizaciones más flexibilidad y sobre todo adaptabilidad. Eso se logra con más colaboración, cooperación y más unidad como empresa.

Existe otra oportunidad desde la dirección en la gestión de personas, pero no solo del equipo directivo, sino logrando que ese equipo directivo interactúe con el resto de las personas que llevan a cabo la operación diaria de la organización. Sin duda, esa interacción social dentro de las empresas es una oportunidad que no podemos perder de vista.

Otro elemento por considerar son las tendencias que cambian de un sector al otro. En este caso, los dueños de empresa, los directivos, tienen que hacer un ejercicio con diferentes escenarios. Uno más neutro, otro más positivo-optimista, pero lo que no se debe de hacer es quedarse con los brazos cruzados esperando que esta incertidumbre desaparezca. Necesitamos tener ese optimismo, esa flexibilidad, esa visión estratégica para seguir haciendo nuestro ejercicio de planeación y nuestro diseño de estrategias de negocio y comerciales. A pesar del contexto que vamos a vivir en 2024.

Estos diversos escenarios también nos llevan a reformular modelos de negocio y a buscar aquellos que brinden flexibilidad a las personas. Pensar global y actuar localmente. Es decir, la oportunidad está en los mercados locales, gente joven que busca flexibilidad y en las herramientas de inteligencia artificial.

Asimismo, otra gran oportunidad, sobre todo por el nivel de incertidumbre que podemos estar enfrentando en 2024, es que no se olviden de escuchar su intuición. Esas experiencias de re-conocimiento, de momentos que probablemente ya vivieron y que sirven como lecciones aprendidas. Ante la incertidumbre, recuerden que no existe proceso racional que garantice el resultado ideal.

En este gran reto, te invito a reflexionar cómo lograr que tu organización sea mucho más adaptable y ágil para responder a las situaciones de un entorno incierto.

Profesor del área de Control e Información Directiva de IPADE Business School

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.


Google News

TEMAS RELACIONADOS

Comentarios

Noticias según tus intereses