Aunque los moralistas se jalen los pelos, ninguna campaña va a detener el sexting, y meeeeenos si le echan la culpa de las prácticas irresponsables a las víctimas.

¿Se acuerdan de los comerciales de “Mucho ojo” de los ochenta y los noventa, que insinuaban que ser víctima de abuso sexual infantil era algo “vergonzoso” y te decían que era tu responsabilidad como niñe era prevenirlo... mientras que la SEP y el resto de la programación televisiva te exhortaban a “obeceder a tus mayores” ciegamente?

Pues volvieron... ¡en forma de campaña en contra del sexting!

Así como en las décadas preinternet nunca le dijeron a los adultos que no estaba chido andar abusando sexualmente de menores de edad (ni de nadie, más bien), ahora crearon un anuncio que habla de un problema del siglo XXI pero que mantiene el que parece ser el valor más importante de la empresa: el victim blaming.

Híjole. HÍ-JO-LE.

Aquí la nota de Buzzfeed donde recopila reacciones al respecto y una propuesta de para cambiar el mugroso cartel: .

Pero yo, fanática de echarle salsa Valentina a las cosas que más me arden de la sociedad, me metí al sitio que indican, , y AAAAARGHHHH.

Hay toda una serie de mensajes y textos que pretenden “espantar” a la chaviza de esa cosa tan malvadísima y peligrosísima que es mandar contenido erótico personal a través de dispositivos electrónicos. A lo que elles seguramente responden “ASÚSTAME PANTEOOOÓN”, o cualquier frase vaciladora equivalente que usen los minimillennials.

Por ejemplo, está un video del Ingeniero Armando Novoa, dirigido a “los jóvenes”, donde se avienta frases épicas somo:

-“Es importante que te alejes de estas prácticas de riesgo como el sexting y te des tú tu propio like”.

-"Crece pensando, no crezcas posando”.

- “¿Cuántos likes vale tu reputación?". (¿Pero no que era sexting? En el sexting no hay “likes”, ¿o de qué está hablando? ¿Ya está usted slutshamiando a quienes POR DECISIÓN PROPIA suban fotos cachondas?).

- “Aprovecha los beneficios del té: respeta, cuida, quiere".

- "Hay una aplicación que te puede apartar de todas estas malas experiencias...  se llama TU INTELIGENCIA”.

Si no me creen, acá está la obra de arte:

Me recuerda muchísimo a Les Luthiers con “Los jóvenes de hoy en día”:

La página también trae una sección de “Aplicaciones”. Al principio pensé “Ay, qué mothernos que van a recomendar plataformas para sextear de manera segura”. ¡Pero no! Es una sección dedicada a los papás, que sugiere software (¿todavía existe esa palabra?) en los dispositivos electrónicos de sus hijes para controlar y espiar su experiencia en línea.

Hay una app que recomiendan llamada, no es broma, Qustodio. Promete ser "una manera sencilla de supervisar y establecer límites para gestionar la actividad online de sus hijos”. Ya de una vez que recomienden bajar KANZERBERO, el software que te suelta la mordida cada vez que buscas, ni dios lo quiera, el libre desarrollo de tu personalidad.

Este enfoque le da la razón al hipotético culerillo que decidió difundir la foto sin autorización, porque PUES PARA QUÉ SE LA MANDARON SI PARA ESO SON AHAHAHHA. Se asume que sextear siempre es un error, que el envío de fotos jamás se da relaciones de confianza y consenso, que invariablemente hay una especie de villano que coerciona a la otra persona para mandar nudes y que quien accede tiene muy baja autoestima, porque esa es la única explicación posible en el universo para hacerlo.

Si se promueve esta narrativa, los que comparten fotos íntimas ajenas no van a decir “Chale, sí está de la verga lo que hacemos”, sino que se van a sentir bien vergas por haberse “chingado” al otro humano. Ya se sabe que en México no se nos da eso de la consideración ni de ponernos en los zapatos del otro.

Ay no, todo mal.

Luego, el sitio de Fundación Televisa trae links a una cosa llamada . Para que se den una idea, ahí hay herramientas como un “juego” para averiguar “qué tanto sabes de seguridad en internet”. Chequen nada más el texto de introducción:

Así es: utiliza palabras como “amigotes”, así entre comillas, además de “haraganes” y “meteretes”. De forma no irónica.

Hablando de la prehistoria, en los dosmiles tempranos, una amiga tenía un amante en Alemania al que le mandaba imágenes candeeeenteees. Pero las cámaras digitales eran una rareza, así que se las debía tomar con una Kodak chafita de esas que siempre te sacaban los ojos rojos y la piel verdosa.

Esa no era tanto la bronca, sino revelarlas, porque las tenías que llevar al Aurrerá y hacer chonguitos para que el encargado no las morboseara o, peor aún, te reportara con la policía por andar produciendo pornografía casera. En ese caso, la opción era argumentar que era “fotografía artística” (porque todos sabemos que si no hay chichis, no es arte). QUÉ MONSERGA. Con razón nadie lo hacía.

Hoy existen las herramientas y tenemos derecho a utilizarlas (aquí un texto buenazo de Gisela Pérez de Acha al respecto: ). Pedirle a “los jóvenes de hoy en día” que no se manden nudes es como decirle a una doñita como yo que no tome fotos de sus gatitos. IMPOSIBLE.

“Agarren la onda”: intentar frenar o prohibir el sexting no va a funcionar. Llegó para quedarse. Y sí, el mundo todavía está aprendiendo a usarlo. Por eso hay que promover su ejercicio responsable y seguro, no recurrir a viejas estrategias escandalosas y amarillistas, como hacernos creer que había un señor afuera de la primaria que regalaba dulces con droga (?) o que “el Nientiendo” nos iba a derretir el cerebro.

Patrañas.

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