Por Luis Javier Maciel Paniagua

La verdadera vocación de René González Puerto es transformar la mentalidad de las personas. Su vida es un ejemplo de superación y de solidaridad para las Personas con Discapacidad (PcD).

Cuando tenía seis meses de edad, los doctores dijeron a sus padres que él tenía discapacidad auditiva y que no podría leer, escribir o hablar en su vida. Hoy tiene 33 años y es el primer sordo en la historia de México con un doctorado y posdoctorado.

Aunque él vive en Yucatán, tuve la oportunidad de conocerlo debido a que fue invitado para participar en la conferencia "Más allá de la Inclusión y Derechos, Discapacidad Invisible y Resilencia", en la cual criticó duramente la manera de pensar de las personas con sordera del país y compartió su testimonio.

En un principio, gracias a sus cercanos aprendió a vocalizar y a decir palabras simples, pero en su juventud, gracias a que le enseñaron Lengua de Señas Mexicana, pudo comprender el español y tener las herramientas suficientes para terminar con honores sus estudios.

Después de cursar la preparatoria, buscó un trabajo y con ese dinero se pagó la carrera de Psicología en una universidad privada. Hasta ahí todo iba bien; sin embargo, su familia no creyó que él sería capaz de terminar una carrera: “Mi mamá me decía que no iba a poder, pero yo no le creí, aunque me dolía mucho”.

Gracias a esa convicción, René descubrió que leer y escribir en español le era muy útil para comunicarse con sus compañeros y maestros, pues asegura que existe poca capacitación de Lengua de Señas Mexicana en el ámbito académico: “Yo era el único sordo de la escuela”.

Saber español le permitió completar su carrera en Psicología, su maestría en Ciencias de la Educación, su doctorado en la misma materia, y un post-doctorado en Gestión Integral de Gestiones Educativas.

Sus estudios han estado dirigidos a la inclusión de las Personas con Discapacidad (PcD) en los ambientes educativos, por ello ha impartido conferencias, talleres y cursos en las instituciones más importantes del país, como la UNAM o el Instituto para la Integración al Desarrollo de las Personas con Discapacidad (Indepedi).

“Las personas sordas prefieren vivir en una zona de confort, pero si se convencen de salir, descubrirán todo lo de lo que son capaces”, comentó en la ponencia René González, mediante Lengua de Señas Mexicana. Asegura que conoce a muchos sordos que no salen de sus casas, porque su familia así se los ha ordenado y que son grupos muy cerrados, pero que necesitan salir a la vida laboral para provocar un cambio en la manera de pensar de las autoridades.

Comentó que hace unas semanas lo habían invitado a presenciar uno de los juicios orales que se acaban de implementar en el país, pero entendió que el sistema está muy rezagado, porque ni el juez ni alguno de los presentes supo comunicarse con él.

Por ello, además de sus estudios de doctorado, hoy está en proceso de concluir una licenciatura en Derecho. Quiere ayudar a cambiar las leyes mexicanas en favor de una mayor inclusión de las PcD: “Si no me entiende el juez a mí, qué no le harán a otros sordos, qué les harán firmar a los ciegos. Sólo accediendo a puestos importantes podremos cambiar la mentalidad de los funcionarios, para que dejen de pensar que la inclusión se alcanza sólo construyendo rampas para sillas de ruedas”.

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