Por Héctor Guerrero

Desde mi café favorito y degustando un expreso doble en la cada día más caótica ciudad de Guadalajara escribo esta, mi última colaboración del año 2016 para este espacio fotográfico, en ella hago un recuento de algunos de los momentos fotográficos que llamaron mi atención en lo personal.

Este años en este espacio, pude reproducir unas charlas de café con algunas personas que considero muy importantes en el mundo de la fotografía en México, por desgracia el tiempo no medio para más y se quedaron en el escritorio algunas cuantas entrevistas por publicar, espero las podamos estar compartiendo en el futuro, por lo pronto pueden encontrar las ya publicadas algunas paginas atrás de este blog.

En febrero me toco transcurrir por algunas de las ciudades que el papa Francisco visto y tras una gran cantidad de imágenes publicadas y difundidas por los medios más importantes que dieron cobertura al evento, me pude dar cuenta como la figura del editor fotográfico se ha ido perdiendo hasta casi quedar extinta, pareciera que en la actualidad es más importante enviar muchas fotos, una gran cantidad de imágenes y es mejor.

Meses después en la población de Nochixtlan Oaxaca, la policía Federal al verse acorralada por los pobladores tratando de dispersar un bloqueo carretero decide abrir fuego contra los manifestantes matando a 11 personas inocentes y entre ellas menores de edad, horas más tarde la policía Federal en voz de sus mandos negaba el uso de armas de fuego, sin embargo las imágenes captadas por los fotoperiodistas oaxaqueños lo desmentían, las autoridades mencionan que las imágenes corresponden otra protesta sin especificar a cual, pero no contaban que las imágenes tienen un IPTC, lo que viene hacer una especie de ADN en cada imagen, la fecha y la hora terminaron por desmentir a las autoridades, nuevamente el fotoperiodismo re cobro su esencia, estar en los momentos claves de los hechos, informando y confirmando lo que ocurrió, no fueron aficionados con su celular los que estuvieron entre los tiros, gases, palos y piedras, fueron los fotoperiodistas, los mismos que trabajan bajo nulas condiciones de seguridad laboral con salarios infames.

Durante la cumbre C40 de la ciudad de México me robaron todo mi equipo fotográfico, absolutamente todo, los días posteriores al robo y mientras hacia mi recuento personal de los daños, me preguntaba ¿cómo tomaría fotos de nuevo? no metafóricamente, literalmente, con qué cámara? Eso me hacía reflexionar en el uso del dispositivo como parte del acto fotográfico, cuestionar hasta donde es importante eso para el desarrollo de una idea que se transforma en imágenes, por supuesto jamás he pensado que el dispositivo es el que hace al fotógrafo o que tiene que ver con su resultado, creo que en este momento por el que atraviesa la fotografía a nivel mundial, por primera vez puedes ser fotógrafo sin tener na cámara en las manos, aunque mucha gente mi grite que no es así. Por mi parte, ni modo, a volver a empezar.

Por ultimo en los días finales de este 2016 no me pude escapar a la enorme polémica sobre la bienal de fotografía del Centro de la Imagen, no les contare más sobre el tema, pues hay voces mucho más calificadas que yo para eso, mi comentario personal hacia la polémica, es que considero que todas las voces son válidas o casi todas y han aportado algo a un debate que me parece un poco anticuado o por lo menos fuera de tiempo, creo que ese debate se debió haber sostenido hace unos 5 años atrás por lo menos, no ahora, sin embargo estos son nuestros tiempos y si tiene ahora, a mí en lo personal me falta la voz institucional del Centro de la Imagen, todo lo demás son opiniones personales con las que podemos estar o no de acuerdo, sin embargo me gustaría leer algo más contundente que un comunicado por parte de la institución, esperemos que en los futuros debates que vendrán sirvan para consolidar un espacio más fuerte para la fotografía en México, ojala en los próximos años la bienal sea un festival de la imagen, más incluyente, siempre con parámetros de calidad, per que la bienal fuera una especie de referente en el que se dieran cita mesas de dialogo con los artistas, talleres, conferencias, revisiones, algo más allá de una polémica exposición.

Pues si este espacio así lo dispone, por acá nos seguiremos leyendo durante el 2017. Feliz Año nuevo.

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