Luego de alcanzar el acuerdo que puso en suspenso los aranceles de Trump, han surgido un sinfín de preguntas. Principalmente sobre los compromisos hechos por México en materia migratoria y sobre la sospecha de que el habitante principal de la Casa Blanca le impuso agenda a nuestro país. Pero dejando eso de lado, hay otro asunto que puede ser útil analizar.

¿Existe alguna garantía para México de que Donald Trump no vuelva a utilizar el ariete de los aranceles en nuestra contra? ¿Hasta dónde estamos entendiendo las facultades que tiene para imponer aranceles -o no- fuera de tratado a nuestro país?

En un artículo de opinión publicado por el New York Times el domingo pasado, el economista Paul Krugman cuestionaba la credibilidad del Presidente Trump cuando éste amenaza con imponer nuevos aranceles a nuestro país “no porque [México] haya violado sus acuerdos comerciales, sino porque [a Trump] no le gustó algo que estaba sucediendo en la frontera”.

En ese sentido ¿qué tan seguros estamos de que Trump no volverá a torcernos la mano con el incremento de los aranceles si considera que México no cumplió con sus compromisos? Recordemos que el propio presidente de Estados Unidos sustentó su amenaza en la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia (IEEPA) de 1977.

Esta ley fue creada para otorgar poderes excepcionales al jefe del Ejecutivo en materia económica y financiera, históricamente se ha utilizado para incautar activos, bloquear transacciones financieras, restringir importaciones o exportaciones, etc. Tanto de Estados considerados enemigos (como Irán en 1979) hasta organizaciones terroristas y grupos del crimen organizado.

Sin embargo, nada dice acerca de la imposición de aranceles y es importante señalar que ningún presidente la ha utilizado nunca para hacerlo. Aunque su antecesora, la “Ley de Comercio con el Enemigo” (TWEA) de principios del siglo pasado sí fue utilizada por el ex presidente Nixon en 1971 para imponer una sobretasa del 10% a todas las importaciones a Estados Unidos. Medida por cierto muy criticada en su momento.

Como es evidente, los poderes presidenciales contenidos en la IEEPA tienen como fin otorgar poderes presidenciales para hacer frente a casos de verdadera amenaza para la seguridad nacional, su objetivo no es comercial ni migratorio. Un país aliado como el nuestro no debería entrar en esa categoría.

En ese sentido, en la Casa Blanca interpretan que si la IEEPA puede utilizarse para restringir importaciones y exportaciones, el medio para llevarlo a cabo pueden ser, perfectamente, los aranceles. Tristemente en nuestro país vecino no existe un consenso claro sobre esta interpretación.

Internamente, la única forma viable para evitar que pueda utilizarse nuevamente la emergencia nacional como justificación, es que el Congreso de Estados Unidos vote para bloquear la declaratoria presidencial. El antecedente más cercano es el de la declaratoria para la construcción del muro, donde el voto demócrata fue insuficiente para superar el veto presidencial.

El caso con los aranceles sería similar, con la diferencia de que, en esta ocasión, hay diversos legisladores republicanos que abiertamente se oponen a la medida de Trump y eso podría cambiar la jugada. Por lo pronto, ganamos 45 días, pero quizá sea momento en que los cabilderos de la Embajada de México en Estados Unidos se pongan a trabajar para allanar el camino frente a un nuevo escenario de crisis donde no tengamos nada más que ceder.

Internacionalista y académica 
@solange_

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