Ya no hablaré más de los pasados Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero en esta última ocasión quiero decirle a todos aquellos que aseguran que no tuvo algún chiste salir campeones de esta certamen —por el bajón de nivel que tuvieron Cuba y Venezuela—, que se ubiquen, y que si es en esta zona en la que nos toca competir, lo menos que podemos esperar es ganarla... Así que queda prohibido desacreditar.

Ha habido muchos comentarios, de analistas del deporte y la política, en los que se han llenado la boca con palabras sin sentido y que más que otra cosa, demuestran que quisieran vivir en otra parte del mundo, cuando en realidad deben entender que se compite en Centro y Norteamérica, porque ese es nuestro lugar, la Odecabe para los JCC, la Concacaf para el futbol, la CCCAN para la natación, etc.

La actuación de México en Barranquilla fue espectacular, me refiero a toda la delegación, pero en especial al equipo de natación. Dominados históricamente por Cuba y su deporte de Estado, sabíamos que se debía dar un giro y un golpe de autoridad.

En el pasado, el atleta cubano era tratado como rey en la isla. Fidel Castro era un apasionado del deporte y eso los llevo muchas veces al éxito. La planificación de sus actividades era impresionante y la escuela de entrenadores, Manuel Fajardo, exportó a increíbles técnicos por todo el mundo. Eran potencia. Sin embargo, para estos Juegos, hay que ser honestos, muchas cosas cambiaron. Así lo platiqué con Rodolfo Falcón, nadador cubano, medallista olímpico y ahora encargado de la natación en ese país. Y me contó cómo se trabaja ahora en territorio cuando ya no hay los mismos privilegios, lo que pega en los resultados y hasta en el número de interesados en el deporte.

Venezuela y su situación afectan a las actividades deportivas y se notó, mientras que Colombia, a pesar de ser un buen anfitrión, estaba lejos en cuanto a las posibilidades de quedarse con ese primer lugar. Y si no aprovechábamos estas variables ahora, ¿cuándo? Hay que estar conscientes, insisto, de que en primera instancia nos toca competir en Centroamérica y ya después, cuando se domine ese nivel, buscar el que sigue, y el que sigue. Así que sería bueno no desacreditar el gran resultado que tuvo México y felicitar a cada uno de los deportistas que hicieron posible esto.

Ojalá se le dé seguimiento a lo conseguido y en Lima 2019, en los próximos Juegos Panamericanos, se dé otro paso adelante, pero ahora en el siguiente nivel, el continental. Eso es lo que deberían de decir en sus análisis y no hacer menos la labor de una gran generación, y miren que soy hombre crítico —con más de diez JCC, JP y JJOO—, pero eso de desacreditar por ignorar lo que se vive en estas competencias, me parece injusto.

Cerramos el capítulo de lo que fue Barranquilla y debemos ver para adelante, así como esos críticos deben ver más allá de sus televisores y darse cuenta que para llegar al nivel máximo hay que dominar todos los que están antes.


Profesor

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