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Para Federico , abogado de 44 años de edad, las formas de ligar han cambiado. “Si quiero sexo voy a un bar y lo consigo, pero en esta etapa de mi vida no estoy buscando sexo, sino tener una pareja formal. Es por esta razón que entré a una página que se llama SpeedDating para conocer a otras personas que como yo quisieran también ampliar sus redes de amistad.

El sistema consiste en que 10 hombres nos sentamos frente a 10 mujeres y tenemos entre cinco y siete minutos para hablar con ellas en vivo; si hacemos un match (la pareja te elige a ti y tú a ella), entonces la fundadora de SpeedDating, Larissa de la Concha, nos conecta y salimos.

Nos piden identificación personal, una membresía anual y todos los miembros del club pasamos por un cuestionario. He asistido a 12 eventos y el resultado es que he salido con aproximadamente 10 mujeres, pero ninguna me ha gustado para ser mi pareja, sólo somos amigos. Ha sido una buena opción para abrir mis círculos y sigo inscribiéndome a eventos de esta compañía”, dice.

La historia de Blanca, financiera de 38 años, es diferente. Fue a SpeedDating, tuvo dos parejas por seis y tres meses, y con la tercera pareja se casó. Después de dos años se divorciaron y ahora Blanca continúa asistiendo a los eventos que organiza esa empresa. “Lo que me gusta es que cuando llegas eres totalmente anónima, nadie te conoce, pero sabes que todos hemos pasado por un riguroso proceso de evaluación y comprobación de la veracidad de los datos personales que hemos dado al inscribirnos. Pagamos una membresía y también por cada evento al que asistimos. Durante el evento, estamos en un lugar público y hablamos con la persona cara a cara; aquí nada es virtual, como en Tinder”, comenta.

SpeedDating, o citas express, está por cumplir 16 años, con más de 9 mil socios, en gran parte porque ahora la gente no permanece casada tantos años y a los 30, 40 o 50 años comienzan a buscar una relación por segunda vez. No entran personas casadas, una sicóloga nos asesora: “pero se trata de conocer a alguien real, no en un chat virtual donde la persona podría pasar meses invirtiendo tiempo en una relación que no va a ningún lado, tales como Tinder, Hater (la aplicación que une a parejas de acuerdo con las cosas que odian) o la aplicación Happn (una app para ligar con quien te has cruzado por la calle; guarda un registro de todas las personas con las que te has cruzado a lo largo del día, con el requisito de que también tenga instalada la app). Otras apps para citas amorosas pueden ser: Kickoff, Flirt, Plus U, Bumble, Match y Badoo, entre otras.

“Lo que ocurre con este tipo de aplicaciones es que fomentan la irrealidad, la inseguridad; yo que estoy en este mercado de hace tantos años diría nunca sabes quién es el o la sicópata que está conectado. El soltero es una persona muy vulnerable que puede dar sus datos personales de inmediato con tal de dejar de ser el forever alone. Hará lo que sea necesario para conseguir una pareja, aunque ponga en riesgo incluso su seguridad.

“Nuestra dinámica ayuda a que la persona que está buscando pareja salga de su casa, se arregle, salga de su rutina para ir a conocer a otros que están en la misma frecuencia que ella o él”, dice Larissa de la Concha.

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