En Teletón conocí a mi más grande amor: el basquetbol, dice José Emanuel Valencia Salinas, quien a los tres años tuvo una lesión medular nivel T6 que no pudo ser operada por ser cancerosa. A pesar de que se erradicó el cáncer, el daño permaneció en su columna y el diagnóstico fue  preciso: no volvería a caminar.

Antes de ser paciente del CRIT de Nezahualcóyotl, José y su mamá hicieron más de 800 llamadas para que le tomaran sus datos y fuera candidato para  este programa. “La gente de Neza era la que más aportaba al Teletón y se decidió crear un CRIT en esta zona. Mi mamá y yo nos enteramos e hicimos como 800 llamadas hasta que me contestaron. Les conté mi padecimiento y después de que varios médicos leyeron mi expediente me dijeron que podía entrar, que me darían terapias de rehabilitación”, recuerda.

Este joven de 19 años relata a EL UNIVERSAL que su paso por Teletón fue primordial para convertirse en una persona independiente.  Antes de recibir las terapias, necesitaba para todo a sus papás, “ellos me cambiaban, me bañaban, me pasaban de un lado a otro; yo no  podía ni quería hacer nada”.

Cuando  inició su tratamiento sabía que su meta no era caminar, pero confiaba en que le ayudarían a valerse por sí mismo y le darían herramientas para que se reintegrara a la sociedad. Además fue ahí donde le enseñaron el amor por el deporte. “Teletón me cambió la vida, yo no sería jugador profesional de basquetbol en silla de ruedas si no hubiera llegado al CRIT”.

Desde que tenía cuatro años, a Emanuel le llamó la atención el basquetbol en silla de ruedas, pero el profesor que le daba educación física siempre lo menospreciaba;  constantemente le decía que por su discapacidad no lograría nada en su vida. “Cuando salíamos al patio, el profesor me aislaba, me decía: ‘Tú no puedes ser como los demás niños’, y como era  pequeño  me la creí”.

Cuando entró a Teletón, José tenía un cuadro severo de depresión, estaba mentalizado en que no podía hacer nada sin la ayuda de los demás. Pero  a dos años de acudir al CRIT de Nezahualcóyotl, sus ideas cambiaron, aprendió a cambiarse, a bañarse y a trasladarse sin depender de su familia.

Entonces llegó uno de los momentos decisivos en su vida: se  hizo miembro de  Los Diablitos, equipo de basquetbol en silla de ruedas. En poco tiempo le dijeron que viajaría con el equipo a Sonora, con la selección del Estado de México. “Esa fue  mi  primera experiencia como atleta”.

Emanuel no dejó el deporte, siguió entrenando todos los días y ahora forma parte de la selección nacional de basquetbol en silla de ruedas.  Este año, junto a su equipo, obtuvo el primer lugar en unos juegos Centroamericanos y del Caribe, al derrotar a Puerto Rico en la final. “De todas mis medallas, la que más valoro es la que conseguí en Costa Rica en los Juegos Centroamericanos, estuve con la selección mayor ”.

Este joven deportista afirma que tiene dos grandes sueños por realizar: “Lo que más anhelo es llegar a una olimpiada, ya sea como entrenador o como jugador. También quiero tener mi propio equipo de basquetbol”.

Por esa razón está cursando la licenciatura de Ciencias en el Deporte en la Universidad La Salle campus Nezahualcóyotl, donde mantiene una beca de 100%.

Pide a los mexicanos que donen al Teletón y asegura que la gente que critica este programa no sabe cuántas personas con discapacidad se ven beneficiadas por él. Detalla que hay niños que con menos de 10 pesos pueden cambiar su vida.

Cuenta que incluso él ha sido criticado por haber sido paciente de Teletón, “me dicen que soy un fraude, que los cubro, que digo cosas que ellos, pero no es verdad; en mi caso el CRIT me cambió la vida, me ayudó a salir a delante, por eso le pido a todas esas personas que sigan donando”, dice.

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