Un grito de alegría inundó la casa de Alejandro Anaya cuando, por fin después de varios intentos , pudo entrar a la página de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), supo que había obtenido 86 aciertos, los necesarios para ingresar a Estudios Latinoamericanos, en la Facultad de Filosofía y Letras.

“Sentí una alegría nunca antes vista, mentiría si no dijera que el grito que puse se escuchó en toda mi casa y fue acompañado por lágrimas de alegría, del fin de una gran tensión”,

relata el joven de 21 años.

Es la tercera vez

que Alejandro vivía esta situación, puesto que anteriormente había hecho dos veces el mismo examen sin tener éxito, lo que lo llevó a que en este concurso a pagar más de 4 mil pesos en cursos y asesorías particulares con profesores.

Ser parte de una familia en la que la mayoría de ellos han sido parte de esta universidad hizo que Alejandro sintiera una necesidad de ser también parte de la UNAM.

“El apoyo de mi familia ha sido muy importante en este proceso de mi vida ya que hay mucha tensión y frustración. Un apoyo positivo es vital en el éxito cuando se presenta el examen de admisión”, afirma.

El joven, quien tuvo que sacrificar salidas al cine o a conciertos, señala que fueron varios meses los que dedicó a estudiar guías, libros y consultas en internet para poder obtener un buen resultado en el examen.

A los miles de jóvenes que no pudieron ingresar a la UNAM, Alejandro Anaya les aconseja a que sigan intentándolo y luchen hasta poder tener un lugar en las aulas de la que es considerada, la mejor universidad del país.

“No se desanimen, las cosas que llegan rápidas no son valoradas tanto como las que cuesta trabajo conseguirlas y si realmente desean ingresar en la UNAM deberán hacer sacrificios y romper mitos como el “yo no puedo”.

Todos podemos solo es cuestión de ponerle empeño y darse cuenta de la realidad ya que en esta situación tan difícil una carrera universitaria es indispensable si se quiere sobrevivir”, comentó.

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