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“El día D llegó”, exclama Ximena Puente de la Mora, comisionada presidenta del Inai, visiblemente emocionada. Se trata de la última sesión que encabeza como presidenta del órgano nacional de transparencia, pero que se convirtió en una sesión de reconocimiento a su trabajo.

A las 12:59 horas dio por cerrada la sesión, que ahora presenciará desde un asiento junto al del nuevo presidente o presidenta del instituto.

—“¡Una foto del recuerdo. Todos juntos. Las mujeres al centro!”, dice el comisionado Francisco Acuña, quien le pide al comisionado Óscar Guerra acercarse al pleno.

Vienen los abrazos, las sonrisas, el reconocimiento. Mientras el personal del Inai retira los proyectos de los recursos de revisión, baja micrófonos, las lap tops y cualquier objeto que impida captar el momento.

Uno a uno, los siete comisionados van tomando su lugar, Ximena Puente al centro, las comisionadas Areli Cano y Patricia Kurczyn a su lado. Los comisionados Joel Salas y Monterrey Chepov a su derecha, y a su izquierda los comisionados Francisco Acuña y Óscar Guerra, rostros sonrientes en el pleno.

Son las mujeres y hombres encargados de velar por la transparencia, la rendición de cuentas y la protección de los datos personales, en un momento inédito, de camaradería, lejos de las posturas serias y el lenguaje jurídico que los caracteriza.

“Clip, clip, clip”, se escucha el obturador de las cámaras.

—“Un aplauso”, pide el comisionado Joel Salas para la todavía comisionada presidenta. Sin mayor ceremonia, termina su reconocimiento y se dirigen hacia sus oficinas, todos juntos.

“Estamos muy contentos, muy satisfechos, con una gran responsabilidad y ahora vendrá un relevo muy importante para el instituto”, externa Puente de la Mora, rodeada de los otros seis comisionados en el elevador que los lleva a su oficina del cuarto piso de la sede del Inai.

En ese mismo lugar, hace tres años, no quiso dar una entrevista, luego de ser electa por unanimidad por sus compañeros.

Sonrientes, los otros comisionados bromean y nadie suelta prenda en quien se inscribirá en el proceso de renovación de la presidencia.

—¿Ya se inscribieron al proceso? —se les preguntó.

“A Proceso, sí”, comenta entre risas la comisionada Kurczyn, —“ayer salió una nota mía muy buena”, la secunda el comisionado Óscar Guerra en referencia a la revista que fundó el extinto periodista Julio Scherer García, pero nadie suelta prenda.

Viene otra cascada de risas, las miradas se cruzan ante varios comisionados que tienen de fondo el espejo del elevador.

Pocos se dieron cuenta, pero durante la sesión de los comisionados aprovecharon para hablar en corto en un salón continuo al pleno.

Se consultó a uno de los comisionados, quien prefiero no ser citado, pero dijo que no se habló del tema de la sucesión de la presidenta del instituto.

Así, en medio de un “pacto de silencio” y con un ánimo de camaradería, ayer prácticamente se cantaron Las Golondrinas para Ximena Puente y hoy comienza ya la cuenta regresiva en el Inai.

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