politica@eluniversal.com.mx

La diputada de Acción Nacional, Genoveva Huerta, afirma que sin la música no estaría en la política, porque gracias a ella conoció a muchos actores políticos, entre ellos, al gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, a quien le daría su voto para ser el candidato del PAN a la Presidencia de la República en 2018.

Relata haber tocado para muchos gobernadores, entre ellos Moreno Valle, quien siendo secretario de Finanzas en una administración pasada, “siempre se bajaba a saludarnos después de un concierto; los políticos van a escuchar la orquesta y se retiran, él no”.

La ex violinista de la Orquesta Sinfónica de Puebla platica que gracias a este instrumento salió adelante, pues con éste pudo costear su educación, ya que mientras estudiaba en la Escuela Libre de Derecho tocaba para salir adelante económicamente. Es un instrumento que, dice, le costó trabajo aprender a tocar desde los ocho años, y al que en algún momento pensó abandonar, cuando los sonidos no salían de él.

En entrevista con EL UNIVERSAL, asegura que no le da pena decir que tocaba música barroca entre mesas en restaurantes, misas y velorios.

Es panista desde los 17 años y maestra de violín desde hace más de 10.

¿Cómo llega a la música?

—Desde que era muy pequeña, mis papás sabían que debían hacer algo para romper el círculo de miseria en el que vivíamos. El primer instrumento que tuve fue una guitarra que me quedaba enorme. Posteriormente un tío me llevó a estudiar guitarra en la escuela de música de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), y así es como llego a los tres años de estudiar violín. Mis papás me compraron un violín ‘bueno’, y le seguí desde ese entonces en la música, que me ha dado la mayor de las satisfacciones.

¿Cuántos años tenía cuando decide ser violinista?

—Inicio las clases a los ocho años, pero cuando ya empezó a salir un sonido decente fue hasta los 10; me tardé un poquito. El método con el que aprendí era muy tradicionalista y tenías que correr el arco mucho tiempo. Al principio el simple hecho de sostener el violín duele al mentón, y como niño lastima por cualquier lado, dado que la posición que adoptas para tocarlo no es normal. Por eso tardé mucho en que salieron notas, dos años. Una vez que salieron, me seguí a la par de que estudie secundaria, preparatoria y la licenciatura; incluso ahorita sigue la música conmigo.

¿Cómo se integra a la Orquesta Sinfónica de Puebla?

—Llevaron a un director buenísimo, Juan Manuel Arpero, que es un músico reconocido, así se decide crear una orquesta con puros poblanos. Se abrió la convocatoria y entre mis amigos decíamos, ‘vamos a hacer la audición’, pero sinceramente yo decía, ‘a lo mejor no me quedo; mejor no voy’, pero había amigos que me decían: ‘ándale vamos’. Y me quedé cinco años.

¿Cómo compaginaba la música con sus estudios?

—Para ese entonces yo estudiaba en la Escuela Libre de Derecho; estaba becada. Fue complicado, porque tuve que hablar con cada uno de mis profesores para decirles que me dejaran faltar por las mañanas, porque era cuando ensayábamos. Me faltaban tres o cuatro meses para terminar el primer año, y todos me dieron permiso y me dejaron presentar el examen final. Me iba a los ensayos, presenté mis exámenes y al siguiente semestre presenté un cambio de horario. Así fue.

¿Por qué sus padres creían que la música la sacaría de la miseria?

—Soy orgullosamente de una junta auxiliar de San Pablo Xochimehuecan, Puebla, que está en la periferia de la capital; es también una zona por la que pasa el tren, hay migrantes, la condición económica es complicada. Además la gran mayoría no tiene estudios, son casas muy humildes y de escasos recursos, como la de mis padres.

Nunca me ha dado pena, mis papás se casaron muy jóvenes; tenían 15 años. No tuvieron la oportunidad de estudiar, aprendieron un oficio. Mi mamá es costurera, y mi papá, electricista; por eso desde que me tuvieron sabían que algo tenían que hacer, pues los vecinos y el medio ambiente muchas veces te determinan, y ellos querían que no siguiera como vivían.

Fue por eso que quisieron que tomara clases extras, mi papá decía: ‘pues a lo mejor te casas, pero ya con el violín te puedes mantener’. Aún recuerdo muchas noches en las que mi mamá, sin dormir, cosía para sacar adelante a su familia, siempre con mi papá, pero era muy complicado.

Ahora tengo 34 años, han sido 34 años en los que la economía nunca ha sido buena, y sin las herramientas, sin los estudios, pues es más complicado. La oportunidad que me dieron de aprender a tocar un instrumento como el violín me cambio la vida y por eso estoy aquí.

Hoy que hago el recuento con mis compañeros y vecinos, les digo que el violín fue el determinante para que yo saliera adelante.

¿La música cumple sueños?

—La música y cualquier otra cosa. Mi papá siempre me decía: ‘hay que dormir poco, trabajar mucho y soñar siempre’, la verdad es que cuando regreso a mi distrito, les digo: ‘jamás creí estar en la Cámara de Diputados o terminar una licenciatura’, es muy complicado cuando en tu alrededor y tu familia no hay grandes condiciones para salir adelante.

La música ayuda y da una perspectiva diferente, te hace un ser humano noble, te da experiencia de convivir con muchas personas, a muchos de los que fueron presidentes del PAN en Puebla los conocí tocando.

Yo tocaba en restaurantes, en misas y velorios, para traer más dinero y salir adelante. Ahora en muchos de esos lugares en los que tocaba puedo ir a comer, y si los conocí mucho antes, era porque ahí iba a tocar entre las mesas. Por eso digo que todo lo que uno se propone se puede lograr, pero hay que ser constantes.

La música aleja de las adicciones, y yo al regresarle a la sociedad lo que me ha dado, doy clases de música a niños muy pequeños. Tengo 15 años enseñando a tocar el violín, a muchos alumnos, ya siendo adolescentes, los alejó de la drogadicción, de los videojuegos, su rebelión es tocar bateria. Hoy tengo muchas historias de vida de niños que empezaron tocando el violín y ahora quizá no son músicos, pero son excelentes profesionistas, uno de ellos está becado en Alemania.

La música ayuda para el lenguaje, la memoria, son purititas matemáticas, te ayuda a coordinarte, a socializar, para todo. Si todos tuviéramos un instrumento, el que fuera, y todos pudiéramos hacer música, tendríamos la oportunidad de tener otra sociedad, si un niño o niña tiene un instrumento, jamás tendrá un arma.

¿Cuándo decide dejar la música?

—Tenía que presentar mi examen de titulación, pido permiso en la Sinfónica, y al mismo tiempo me invitan a trabajar en la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social y decido que también quiero trabajar en mi profesión como abogada.

No dejé de tocar, lo hacía en cuartetos, pero ya no en la Sinfónica, seguí en una orquesta más pequeña que se llama El Coro Normalista, que es reconocida en Puebla. Cuando la música entra a tu vida ya nunca la dejas, el violín se vuelve como un brazo.

La verdad es que los aplausos, cuando escuchas atrás a las percusiones, cuando terminas una pieza en conjunto y ves las sonrisas y el contacto con otras personas, es lo más maravilloso que me ha dejado el violín.

Yo dejé el violín como medio año, cuando iba en la secundaria, porque no me salían sonidos; es un instrumento complejo. Tenía que estudiar las piezas que me tocaban y me desesperaba, porque cuando uno se compara, uno se hace la maldad, pero cuando te cae el veinte, ves para adelante.

Toqué para muchos gobernadores, entre ellos Rafael Moreno Valle, él, en época de Navidad, nos mandaba un detalle, y siempre se bajaba a saludarnos. Los políticos van a escuchar la orquesta y se retiran, él no.

¿Cómo llega a Acción Nacional?

—Yo siempre he estado en Acción Nacional, mis papás en afán de mejorar, siempre me llevaban a los mítines, en el parque El Carmen, y desde entonces ser oposición fue permeando mi ser. Desde antes de los 18 años me afilié y me hicieron parte de Acción Juvenil, asistí a un evento del ex presidente Vicente Fox, recuerdo sus ‘manotas, altísimo’, y en mis tiempos libres participaba con los candidatos. Fui candidata a regidora, perdimos, y fui suplente de una diputada.

Actualmente Puebla forma parte de los estados que da recursos para orquestas infantiles, antes ganábamos en la orquesta ocho mil pesos al mes, ahora ganan mucho más, te puedo decir que hay mucha inversión. Desde la Cámara de Diputados hay que sensibilizar a todos para que se pueda dar más dinero para actividades musicales.

Mi agenda legislativa va encaminada a crear más orquestas infantiles, con el tema de la Secretaría de Cultura; hay que abrir más espacios para niños, pues de cero a cinco años es la mejor etapa para ellos, y eso no se entiende. Los políticos y las instituciones quieren hacerlo cuando son adolescentes y no funciona. La música es una disciplina.

Trabajaré en una Ley de Cultura transversal, porque en México no hay cultura, por eso necesitamos ‘meterles ese gusanito a los niños’.

¿Cómo ve ahora el partido tras el triunfo de Ricardo Anaya?

—Con muchas oportunidades de mejorar, pues la gente ya está harta de los políticos.

¿El PAN retendrá para 2016 la gubernatura en Puebla, y en 2018, tendrá la Presidencia?

—Por supuesto.

¿Es cercana al gobernador Rafael Moreno Valle?

—Soy diputada federal, tenemos muchas pláticas, trabaje en su gobierno y yo lo único que puedo decir, es que tenemos un gobernador que trabaja mucho y que ama a Puebla.

¿Mujer o hombre de candidato para el 2018?

—Hombre. Yo votaría por Rafael Moreno Valle, soy poblana.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses