La violencia está marcando la cumbre del G20 que inició este viernes en la ciudad alemana de Hamburgo. La presencia de globalifóbicos en este tipo de eventos es común y en todos ellos siempre hay grupos que destacan por su radicalismo.

Esta vez no es la excepción pero ¿quiénes son los manifestantes?

Entre los alrededor de 100 mil manifestantes en las protestas hay miembros de organizaciones como Greenpeace, Campact, BUND y Oxfam, que exigen acciones al G20 en contra del cambio climático, así como esfuerzos para hacer del mundo un lugar comercialmente más equitativo.

La mayoría de las acciones de estos activistas son pacíficas. Sin embargo, ya desde el jueves se alertaba de la presencia de unos 8 mil manifestantes considerados como violentos en la marcha denominada “Bienvenidos al Infierno”, que si bien fue considerada un mensaje en particular para el presidente Donald Trump, también fue en rechazo de la intervención rusa en Siria, de la represión implementada por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan contra la disidencia e incluso de los presuntos actos de corrupción del mandatario brasileño Michel Temer.

El organizador de “Bienvenidos al Infierno”, el activista Andreas Blechschmidt, dijo que la protesta buscó “simbolizar que las políticas del G20 a nivel mundial son responsables de condiciones infernales como el hambre, la guerra y el desastre climático”, según dijo a la agencia AFP.

En su sitio en la web, los participantes de esta protesta se describen como una “alianza autónoma y anticapitalista contra la cumbre del G20 en Hamburgo”.

Otro grupo de los presentes en Hamburgo se reunieron bajo el nombre “Huelga en la ciudad de Hamburgo”. En su sitio en la web prometió convertir éste en un “lugar de conflicto social y demostrar que el capitalismo es vulnerable”.

El rechazo al capitalismo es uno de los rasgos característicos de los manifestantes que participan en cumbres como la del G20. Pero entre los participantes, el grupo más radical es el de los anárquicos. Una de las cumbres más recordadas por la violencia de este sector fue la de Génova, Italia, en 2001, en la que cientos de miles de personas superaron con creces a los agentes apostados para contenerlos. Uno de ellos, Carlo Guiliani, falleció de un disparo.

En los últimos años, los anarquistas de extrema izquierda han sido una constante en las protestas y Hamburgo no ha sido ajeno a protestas violentas, incluyendo la del 1 de mayo de este año. Los anarquistas, que dicen luchar contra el sistema, han sido protagonistas en disturbios en distintos países, desde Chile hasta Barcelona.

Dentro de este grupo surgió el autodenominado “bloque negro”, que si bien en un principio identificaba una cierta estrategia de protesta, se convirtió en una facción fácilmente identificable porque sus miembros van vestidos de negro, con los rostros cubiertos, y están muy bien organizados. Comparten información sobre logística y cooperación en las protestas y se comunican vía aplicaciones como Telegram. Suelen incendiar autos y causar destrozos en el mobiliario urbano. Han estado presentes en Seattle (1999), en Génova (2001), en Davos, Washington, Reino Unido, Estados Unidos y muchos otros países, México incluido. La forma violenta y organizada en que actúan los ha convertido en centro de la atención mediática y policial.

El Bloque Negro suele organizarse a través de las redes, dado que no tiene un liderazgo visible -está prohibido, de hecho- y actúan de forma autónoma. Sus miembros se declaran una “no organización”; no hay requisitos para ingresar; tampoco el ir de negro es obligatorio, aunque afirman vestir así por “visibilidad”, porque es una manera de aludir a su anarquismo y por solidaridad; esto es, para que sus miembros se identifiquen entre sí y puedan ayudarse en caso de que surjan problemas.

Las autoridades subrayan que otra ventaja de este atuendo es el anonimato que les da.

De acuerdo con medios españoles y alemanes, este Bloque Negro habría surgido en Estados Unidos en 1991 y estaría inspirado en el grupo radical alemán Los Autónomos, de la década de los 80. Otros apuntan a que ya en esa década existían como Bloque Negro.

Activistas de este grupo han señalado, según el servicio de Radiodifusión Internacional de Alemania Deutsche Welle, que su objetivo es “poner fin al capitalismo” y reemplazarlo con un sistema libertario donde “el dinero y el Estado no tengan poder”.

Para este sábado, además, se prevé la participación de unas 170 organizaciones reunidas bajo el lema “Solidaridad sin fronteras, en vez del G20”, en una protesta en “rechazo de este frío y cruel mundo de capitalismo global”. En ella participarán políticos de los principales partidos alemanes de oposición, incluyendo la Izquierda y el Verde, así como sindicatos y grupos pacifistas, entre otros.

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