Los periodistas holandeses Derk Johannes Bolt y Eugenio Marie Follender, secuestrados hace una semana por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) en la conflictiva región del Catatumbo, recuperaron ayer su libertad.

Bolt, de 62 años, y su camarógrafo Follender, de 58, del programa holandés Spoorloos, que busca a familiares de personas desaparecidas en otros países o de niños adoptados por extranjeros, fueron liberados cerca de la medianoche local del viernes en el Catatumbo, la misma región fronteriza con Venezuela donde el 17 de junio los secuestró el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

“Tenemos unas pocas heridas, efectos de árboles que cortan las piernas y los brazos, pero físicamente y sicológicamente estamos bastante bien”, dijo Bolt a periodistas en Cúcuta, capital del departamento de Norte de Santander, adonde fueron trasladados por la comisión humanitaria encabezada por la Defensoría del Pueblo.

Los mismos guerrilleros que los secuestraron cuando estaban en las inmediaciones de Filogringo, en el municipio de El Tarra (Norte de Santander), buscando para su programa a la madre biológica de una holandesa que fue adoptada cuando niña en Colombia, los entregaron a la Defensoría del Pueblo en una zona rural de la localidad de Convención, no sin antes hacerse fotos con ellos.

En las imágenes difundidas por la Defensoría se ve a los dos holandeses con representantes de ese organismo, y a dos guerrilleros con el rostro cubierto con la bandera del ELN y con fusiles que, sin embargo, no usaron para amenazarlos, según el testimonio de Bolt.

“Nunca nos pusieron armas a nosotros, y esto fue una cosa que nos dio tranquilidad, que todo podía pasar bien, pero esta fue una experiencia con miedo por la vida durante esa semana. No se necesita tener un arma cerca para tener miedo por la vida”, afirmó Bolt en español.

La liberación fue el colofón de una jornada confusa en la que el ELN, que está en negociaciones de paz con el gobierno, llegó a anunciar al mediodía local del viernes en un mensaje de Twitter que los dos holandeses estaban libres. Horas después la Radio Nacional Patria Libre (Ranpal), órgano de divulgación del ELN que había colgado el mensaje, aclaró que se trataba de un error y se disculpó.

La delegación del ELN en los diálogos de paz con el gobierno, que desde febrero se llevan a cabo en Ecuador, dijo ayer “lamentar” el secuestro, al que se refirió como “una situación no prevista, al internarse sin previo aviso en una zona de conflicto”.

En la vasta región selvática del Catatumbo operan, además del ELN, un reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL) dedicado principalmente al narcotráfico, según el gobierno, así como bandas criminales.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que están en la fase de abandono de armas, también han sido fuertes en el Catatumbo, tanto que allí está instalada una de las 26 zonas veredales transitorias de normalización (ZVTN) para la desmovilización de esa guerrilla.

“El hecho fortuito de que la profesión de los ciudadanos holandeses sea el periodismo no tiene ninguna relación con la retención realizada: lo mismo hubiera sucedido si las personas desconocidas ejercieran cualquier otra labor”, aseguró el ELN, que resaltó que nunca ha secuestrado informadores “con fines económicos”.

Hace poco más de un año, en mayo de 2016, el ELN secuestró, también en Filogringo, a la periodista española Salud Hernández y días después corrieron la misma suerte otros comunicadores que se habían desplazado al lugar para cubrir esa noticia. A los pocos días, el ELN dejó en libertad a los periodistas y la última en quedar libre fue Hernández.

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