Haber sido incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes del mundo, según la revista Time, no cambia la personalidad de Jeanette Vizguerra, pero le da más fuerza a su lucha por los indocumentados. “Tengo los pies en la tierra”, dice esta mexicana, madre de tres hijos de seis, 10 y 12 años, que vive refugiada desde el pasado 15 de febrero en una iglesia en Denver, Colorado, para evitar ser deportada por el gobierno de Donald Trump.

Cuestionada por lo que sintió al enterarse de que fue incluida en la lista de Time, tras ser nominada por la actriz America Ferrera, señala que tiene “una mezcla de emociones... en mi mente siempre estuvo presente… mis hijos, mi familia, mi madre que ya no está conmigo, mi padre y los 20 años de lucha que he llevado”.

¿Vas a acudir a la gala?

—Pues si algo cambia con esto que el Departamento de “Homeland Security” [Seguridad Interior] decida esta vez ya aprobar mi estatus y pueda ya salir [sin temor a ser deportada], obviamente estaré ahí. Si por alguna razón no sucede esto, aquí en la iglesia vamos a tener una gala el mismo día 25 de este mes.

Si no puedes ir, ¿a quién enviarías en tu representación?

—Si pudiera tener la oportunidad de enviar a alguien, mandaría a mi hija, la mayor, ya que ella también está protegida bajo el DACA [programa de Acción Diferida para quienes llegaron siendo niños a Estados Unidos].

¿De qué manera te transforma esta mención?

—Bueno, a veces me da risa yo misma porque… con esto para mí no va a cambiar nada. Mi personalidad no va a cambiar nada. Yo siempre fui una persona muy sencilla, muy simple, que tengo los pies muy bien puestos en la tierra.

¿Cómo puedes aprovechar esta oportunidad?

—La única cosa es aprovechar la atención que hay para tratar de lograr cambios en la comunidad con todo esto de las deportaciones y seguir luchando fuerte por mi propia familia, pero también por otras familias y seguir trabajando, Tal vez sirva de algo la atención para llamar a todas esas personas elegidas en el Congreso a que hagan su trabajo y hagan las cosas que realmente tienen que hacer; que no tengan juegos políticos y que dejen de afectar a tantas familias como la mía.

¿Qué mensaje le envías a los migrantes indocumentados de cualquier nacionalidad que están en EU?

—Yo les digo que nuestra vida nunca ha sido fácil y siempre nos ha tocado luchar de diferentes maneras, tenemos que seguir adelante. Vienen cuatro años más difíciles con todas las locuras de este señor [Trump], pero no es imposible. Vivimos con leyes similares en el pasado que logramos quitar haciendo mucho trabajo, con unidad. Entonces, esta no es la excepción y yo creo que ahora estamos en un mejor momento, porque tenemos a otras comunidades que están luchando de nuestro lado. La comunidad blanca, la de color y otras minorías.

Ya no estamos solos, hay mucha gente con el firme propósito de ver cómo proteger a nuestra familias, incluyendo el movimiento santuario a nivel nacional. Hay mucho trabajo por hacer, pero también muchos recursos que podemos utilizar para mantener nuestras familias unidas. No es tiempo de rendirse ni de tener miedo, es tiempo de actuar.

¿Qué mensaje le envías a los mexicanos, a las mujeres sobre todo, que están pensando en venir de indocumentados o que ya vienen en camino?

—Lo que yo les puedo decir es que es muy difícil cuando vienes a un país extraño, sin el idioma, sin conocer el sistema. Arriesgándose uno a muchas cosas, ¿verdad? Porque arriesga uno hasta su propia vida. Que lo piensen bien, pero si están realmente determinados lo hagan, porque lo único que uno siempre busca es el bienestar para sus hijos y si el bienestar no está en nuestro propio país por el mal gobierno, porque no hay trabajo y es lo que nos hace emigrar pues… que lo piensen bien, que busquen la manera más segura de hacerlo.

¿Crees que la mujer inmigrante indocumentada tiene más coraje que los hombres indocumentados?

— Realmente sí, me ha tocado ver eso, desafortunadamente. Los hombres son más débiles en cuanto a luchar y en cuanto a pelear. Muchos se acobardan y mejor toman la decisión de que mejor me deporten y después le están pidiendo a la mujer que los ayuden a regresar o le están pidiendo que les manden algo. Muchas veces nuestras familias, también por esto, se rompen; porque a veces no son tan fuertes ellos como nosotras para continuar luchando. Nosotras somos madres, somos el pilar de nuestra familia.

¿Crees que alguien esté molesto porque te incluyeron en este selecto grupo de mujeres poderosas?

—Muchas personas deben estar molestas. Especialmente políticos republicanos y seguidores del presidente [Trump]. Por mi origen, por mi piel, por muchas cosas. Creen que si uno es pobre y mexicana o latino es tonto o delincuente. Reto a cualquiera de quien esté molesto a que venga a hablar conmigo para demostrarle que está muy equivocado.

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