Científicos han encontrado una fuente de alimento potencial para la vida en otro punto de nuestro sistema solar, alentando la tentadora posibilidad de que haya vida en un lugar fuera de la Tierra.

Esta conclusión se logró por una investigación que puso ser posible gracias a la expedición de la sonda Cassini de la NASA al polo sur de Encélado, la luna helada de Staurno.

Desde hace unos años, este cuerpo de poco más de 500 kilómetros de diámetro y cuyo núcleo rocoso está sepultado bajo una enorme capa de hielo de unos 40 kilómetros de espesor. Sorprendentemente es uno de los lugares óptimos en el sistema solar para albergar vida fuera de la Tierra.

Los investigadores enfatizan que no encontraron evidencia de la vida misma. Lo que encontraron fue gas de hidrógeno en las plumas de géiser que salían de la superficie de la luna Encélado de Saturno. En la Tierra, el hidrógeno de las aguas termales del fondo marino, también conocido como respiraderos hidrotermales, sirve como alimento para los microbios y como la base de un elaborado ecosistema.

Con el nuevo descubrimiento, casi todos los artículos de la lista de suministros esenciales para la vida se han encontrado en Enceladus, incluyendo moléculas que contienen carbono, llamadas compuestos orgánicos, dice Hunter Waite, del Southwestern Research Institute de San Antonio, Texas, co-autor de Un nuevo estudio en Science esta semana sobre el hallazgo.

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