El yerno y asesor principal del presidente Donald Trump, Jared Kushner, sumó ayer una nueva responsabilidad en la Casa Blanca al ponerse al frente de la nueva Oficina de Innovación Estadounidense (OAI, por sus siglas en inglés), la cual se encargará de buscar la forma de implementar ideas empresariales al funcionamiento del sector público y del gobierno federal en concreto.

De momento, la nueva oficina se centrará en “tecnología y datos”.

“El gobierno debería funcionar como una gran empresa estadounidense. Nuestra esperanza es que podamos lograr éxitos y rendimientos para nuestros clientes: los ciudadanos”, explicó Kushner al diario The Washington Post, que adelantó la noticia.

No es novedad la intención de Trump de gobernar el país como si se tratara de una compañía. Ese discurso fue uno de los más utilizados durante su campaña.

Según decía el magnate en los mítines, su experiencia como empresario y gestor es lo que el país necesita para volver a la vía del éxito.

Algunos opositores se llevaron las manos a la cabeza, recordando las múltiples bancarrotas y pérdidas que han sufrido los negocios del magnate.

Kushner, esposo de la hija favorita del millonario —Ivanka—, asumirá el nuevo encargo a la vez que seguirá siendo uno de los más influyentes en el Despacho Oval y el líder en la sombra de las relaciones diplomáticas con México y los países de Medio Oriente.

Dispuesto a cooperar. No fue esa la única novedad alrededor de la que dicen es la última voz que escucha el presidente Trump antes de tomar una decisión. Kushner se ofreció a testificar “voluntariamente” ante un comité del Senado sobre sus contactos con representantes del Kremlin, en el nuevo episodio de la trama rusa que está poniendo en jaque constante a la administración del republicano.

El yerno del presidente estuvo en contacto con representantes rusos, incluido el embajador, para empezar la labor de enlace entre gobiernos. Según se explicó, quiere limpiar su nombre de las investigaciones.

No hay fecha para el interrogatorio ante un comité del Senado, por el que también desfilarán otros cargos cercanos al presidente.

En otro asunto, ayer se informó que Devin Nunes, director de la comisión que investiga los vínculos entre la campaña de Donald Trump y Rusia, se reunió en los predios de la Casa Blanca con la fuente de la aseveración de que allegados del millonario fueron objeto de escuchas telefónicas accidentalmente.

“El director de la comisión tiene que tomar una decisión. O es un defensor de la Casa Blanca o encabeza una investigación confiable e independiente”, dijo Adam Schiff, el representante demócrata de mayor rango en la comisión. El encuentro de Nunes con su fuente “parece una excursión en las tinieblas nocturnas”, manifestó Schiff. Nunes se había negado a decir dónde se encontró con su informante. Aún se niega a decir quién es la fuente.

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